Es probable que los primeros que se asentaron en el territorio que sería Texcoco, hayan sido teotihuacanos o toltecas.
Las fuentes históricas basadas en los códices Xólotl, Tolotzin, Quinantzin y otros semejantes, nos dicen que lo fundadores de Texcoco pertenecían a un grupo chichimeca, que al llegara a la cuenca de México en el siglo XII, se estableció en la provincia que los mexicas llamaron Acolhuacán.
El por qué se llamó así lo explica la Relación de Pomar:
Acolhuacán, en memoria de los chichimecas, sus primeros pobladores, porque era gente más dispuesta y alta de hombros arriba que los culhuaque. Porque, acol, quiere decir hombro; de manera que por aculhuaque, se interpretará “hombrudos”. Y así llamaron a esta provincia Acolhuacán, que es como decir: “Tierra y provincia de los hombres hombrudos…”
Una cosa es evidente, que los acolhuaque siempre se sintieron orgullosos de ser descendientes de los chichimecas. Estos por lo menos desde el siglo VII estuvieron llegando en oleadas al centro de México provenientes del norte.
Se tiene memoria de la llegada de varios grupos mandados por caudillos cuyo nombre se conserva, entre estos encontramos Xólotl que encabeza un numeroso grupo. Este grupo chichimeca tenía todavía una cultura muy primitiva, vestían con pieles de animales, comían lo que cazaban, sin exceptuar las serpientes y no gustaban del cultivo de la tierra, tenían un lenguaje propio distinto al náhuatl.
Los chichimecas de Xólotl se establecieron en lo que actualmente se llama San Mateo Xoloc, de ahí pasaron a Tenayuca que permaneció como su capital por muchos años. En algunos de estos pueblos habitaban todavía algunos restos de población tolteca, con la que empezaron a convivir.
Ixtlixóchitl informa que 47 años después de la llegada de Xólotl a Tenayuca llegaron 3 grupos procedentes del oeste. Textualmente escribe:
Llegaron a la nación de los acolhuas… aunque venían divididos en tres, cada una de ellas tenía diferente lenguaje, trayendo su caudillo y señor. Los que llamaban Tecpanecas traían por caudillo a Acolhua, que era el principal de los tres; el segundo se decía Chiconquah, caudillo y señor de los otomíes; el tercero se llamaba Tezontecomatl, caudillo y señor de los verdaderos acolhuas…
Dichos señores se presentaron a Xólotl pidiéndole un lugar para asentarse, éste no tan sólo los admitió sino que también les dio tierras que poblasen sus vasallos. A dos de ellos los casó con sus dos hijas dándoles con ellas pueblos y señoríos; a Tezontecomatl le dio Coatlinchán.
Coatlinchán fue por algún tiempo cabecera de la provincia de Acolhuacán hasta que Quinantzin, hijo de Nopaltzin y nieto de Xólotl, convirtió a Texcoco en capital de dicha provincia, promoviendo su crecimiento cultural y económico.
No sabemos exactamente la fecha de la fundación de Texcoco, pero según lo dicho y si damos crédito a Ixtlixóchitl, debió ser a fines del siglo XII o principios del XIII, no después de 1217. ¹