Desde Aguascalientes a maquila internacional a meme favorito para cuando hace frío: esta es la historia de los Cobertores San Marcos.
Los cobertores San Marcos, esas pesadas cobijas con dibujos exóticos de animales, que son capaces de calentar las noches más frías. Si no las conociste por tus abuelos o papás, seguro las has visto en algún meme.
Su popularidad viene del bajo costo de estos, además de que su fabricación y materiales eran de excelente calidad. “Un San Marcos dura toda la vida” decían. Pese a que su historia fue fugaz, se encuentran arraigadas en la memoria de los mexicanos.
El nacimiento de la cobija de tigre.
La historia de estas emblemáticas cobijas fue breve. Tras abrigar a las familias mexicanas a finales del siglo XX, Cobertores San Marcos sufrió un paulatino ocaso que terminó en su desaparición. Su origen se remonta al barrio de San Marcos, Aguascalientes, ahí donde se encuentra el jardín que lleva el mismo nombre. En 1970 Jesús Rivera Franco —jalisciense que habitaba en esta colonia— se obsesionó con crear una cobija que todos los mexicanos amaran y que resistiera las temperaturas más gélidas. Tras viajar a Europa encontró el material perfecto para hacerla realidad: poliéster.
Así comenzó con los experimentos, prueba y error, hasta conseguir la cobija de sus sueños: un cobertor jacquard, duradero, abrigador y con un estilo distintivo. El tejido era hecho en enormes telares mecánicos que tejían diseños de animales exóticos y motivos prehispánicos, el borde de la cobija estaba remachado con precisión para evitar que se deshilachara, mientras que el toque final era una sencilla etiqueta donde se leía “Super cobertor blanket San Marcos” junto con el dibujo del famoso arco de este jardín.
Estas cobijas pesaban entre dos y tres kilos cada una debido al intrincado tejido. La popularidad de estos cobertores fue en ascenso. En los ochentas la gente del centro y norte del país compraban las famosas cobijas para protegerse de las inclemencias del frío, más tarde comenzaron a ser exportadas a los Estados Unidos, donde eran vendidas en almacenes y tiendas departamentales. Se cree que fue gracias a los inmigrantes que las cobijas atraparon la atención del vecino del norte, ya que en sus casas era posible encontrarlas, además, eran perfectas para las nevadas que suscitaban en este país.
¿Pues qué pasó con los San Marcos?
Para los noventas había más de 10 fábricas de Cobertores San Marcos trabajando, sin embargo, la voracidad del comercio acabó devorando a la empresa hidrocálida. Con la entrada de materiales más ligeros, modernos y económicos de Asia, el mercado de los cobertores decayó. El proceso de fabricación con telares ya no era redituable, así que en 1993 fue vendida a Cydsa, de Monterrey.
Durante 10 años más las fábricas continuaron dando batalla, hasta que en 2004 Cobertores San Marcos cerró definitivamente. Los hidrocálidos recuerdan este momento, ya que las emblemáticas cobijas habían puesto en el mapa a la pequeña ciudad. “Todo Aguascalientes conocía su historia de éxito, y en ninguna casa faltaban estos cobertores. Se convirtió en una tradición”, comentaban. Hoy en día son un artículo de colección, de esos que atesoras porque sabes que ya no encontrarás otro igual.
Fuente: Chilango.com