Esta palabra que hoy en día utilizamos tanto en nuestra vida cotidiana tiene una procedencia que seguramente ni imagines.
La palabra salario deriva del latín salarium, que viene a significar algo parecido a pago por sal o pago de sal. Para poder comprender el término, tenemos que remontarnos a la época del antiguo imperio egipcio, donde a los trabajadores y a los soldados se les solía pagar con sal.
¿Por qué tenía la sal tanto valor en el imperio egipcio?
Principalmente porque era una de las pocas formas que había de conservar la carne, metiéndola en salazón. Por esto pagaban a los soldados con sal, era una moneda de cambio, o bien la usaban ellos o bien la vendían. Cuando terminó el imperio egipcio y se instauró el imperio romano, éstos siguieron usando la sal como forma de pago, ya que aún era una gran forma de conservar la carne y demás productos perecederos.
Se construyó un camino que conectaba las salitreras de Ostia con la ciudad de Roma, al cual llamaron la “Vía Salaria”. A los soldados romanos que trabajaban en esta vía también se les pagaba una parte del “salario” en sal. A la parte que se le pagaba en sal se le llamaba “salarium argentum”. La sal se llegó a usar incluso para comprar esclavos, y de aquí también viene la expresión de “no vale su sal”.