Los activistas no se dan por vencidos y aunque ostentan menos recursos, hacen hasta lo imposible para ser escuchados sobre el problema de los OGM.
Daisy Luther, una activista y escritora independiente de EE.UU., ha recopilado una lista de las mentiras más notables sobre los transgénicos que “Monsanto quiere que creamos”.
1. No hay ninguna diferencia alimenticia entre los OGMs y los alimentos tradicionales.
Las empresas de Biotecnología te dirán que no hay ninguna diferencia alimenticia entre la comida genéticamente modificada y su contraparte orgánica. Ellos citarán las calorías, la fibra y todos los macronutrientes, señalando que son idénticos.
La realidad: Un informe informó que no sólo los valores nutritivos son diferentes sino que los niveles de veneno en el maíz genéticamente diseñado son tóxicos:
- • El maíz transgénico tiene 14 ppm de Calcio y el maíz no-OGM tiene 6.130 ppm., 437 veces más.
- • El maíz transgénico tiene 2 ppm de Magnesio y el maíz no-OGM tiene 113 ppm., 56 veces más.
- • El maíz transgénico tiene 2 ppm de Manganeso y el maíz no-OGM tiene 14 ppm., 7 veces más.
2. Los OGMs son imposibles de evitar.
Es verdad que los OGMs están al acecho en más del 70% de los alimentos procesados que llenan los anaqueles de las tiendas de comestibles. Esto hace muy difícil evitarlos.
La realidad: ¡Es difícil, pero no imposible!. Aquí hay algunos consejos para desterrar los OGMs de su cocina de una vez para siempre:
- Evite toda la comida procesada. Uno no sabe lo que son todos aquellos ingredientes que suenan como científicos, y muchos de ellos son derivados de cosas como maíz, soya y canola transgénicos.
- Pasa una semana cocinando. Use sólo ingredientes básicos durante una semana: harina, arroz, avena, leche orgánica y yogur, carne de animales alimentados con hierbas, frutas orgánicas y verduras, y provisiones básicas de despensa.
- Compra alimentos secos orgánicos, como trigo, arroz y avena, al por mayor.
- Cultiva tu mismo, haz un esfuerzo para cultivar tu propia comida.
- Aprende a preservar la comida. Mediante el enlatado, la congelación, la deshidratación y el almacenamiento semi-subterráneo.
3. Monsanto tiene en mente nuestros mejores intereses.
Con tan sólo leer el sitio web de Monsanto, se muestran como los salvadores benévolos de toda la humanidad, y sus semillas genéticamente modificadas son el vehículo con el cual todo el mundo será alimentado.
La realidad: Una revista alemana publicó un artículo que esbozaba los misteriosos percances que han estado aconteciendo a activistas e investigadores a través de Europa. El mes pasado, sólo días antes de que los investigadores fueran a presentar un estudio perjudicial (para los OGMs), sus computadores fueron atacados por sofisticados hackers y la rueda de prensa prevista tuvo que ser anulada.
Monsanto está tomando acciones subrepticias contra el movimiento, por mano propia o mediante el uso de “contratistas” ellos se han involucrado en una guerra en los medios sociales contra los activistas. Misteriosas cosas han estado ocurriendo en las redes sociales: publicaciones han desaparecido, otras publicaciones son escondidas de los menús para los lectores, y los provocadores (trolls) abundan en páginas como March Against Monsanto y Occupy Monsanto. Los lectores a menudo tienen dificultad para compartir artículos pertinentes anti-OGMs en los medios sociales. La guerra en Internet está ACTIVADA.
4. Los OGMs no son dañinos para el medioambiente.
La Biotecnología hará que creamos que la agricultura de OGMs es una industria tan verde como la agricultura ecológica, trayendo prosperidad y abundancia para todos.
La realidad: No tenemos que mirar sino a la isla de Molokai en Hawai para ver que el horrible daño medioambiental fue obra de Monsanto. La calidad del aire y del agua son mortales debido a la instalación para experimentos de casi 800 hectáreas de Monsanto. La historia de la isla es desconsoladora: la gente está muriendo de muertes horribles, la infertilidad es desenfrenada, y otras granjas están siendo contaminadas por la polinización cruzada del franken-maíz que allí se cultiva.
5. Acostúmbrese a ello. Los OGMs están aquí para quedarse.
La Biotecnología quiere que creamos que no tiene sentido enfrentarse contra ellos, sólo quieren que aceptemos lo que tienen que decir, y comer sus productos contaminados. Esperan que la gente sienta que son demasiado poderosos para ser combatidos y que la batalla ya ha sido ganada por ellos.
La realidad: Hay una guerra contra los OGMs, y nosotros, la resistencia, estamos ganando terreno. Por compartir información como ésta e informar al público de los venenos que están siendo cultivados en nuestro propio patio trasero, podemos ofrecer resistencia a la industria biotecnológica. Mediante el uso del poder de los medios sociales, organizándonos y manifestándonos.
Rechazando comprar cualquier producto que contenga OGMs, rechazando consumir OGMs en restaurantes, y haciendo correr la voz sobre sus peligros, podemos hacer una diferencia. Podemos recordarles que el único modo en que ellos permanecerán en el negocio es si nosotros, los consumidores, compramos sus productos.