Estos 13 hábitos cotidianos te hacen acumular grasa abdominal y debes abandonarlos si quieres perderla.
Aparte de ser molesta y a veces bochornosa, la grasa abdominal representa también un gran peligro. Este tipo de grasa se encuentra alrededor de nuestros órganos, llegando a provocar enfermedades cardíacas, diabetes, entre otros problemas de salud. Ahora, deshacernos de esta grasa no es tarea fácil, por lo que deberías tomar en cuenta abandonar algunos de los siguientes hábitos que tal vez llevas a cabo todos los días, y que sin darte cuenta amenazan tu salud.
Exceso de snacks. Es cierto que los nutricionistas los recomiendan entre comidas, pero eso no quiere decir que debes estar todo el día ingiriéndolos. No te excedas y presta atención a lo que te estás llevando a la boca.
Olvidar los probióticos. La flora intestinal es importante para nuestro peso. Los probióticos son beneficiosos para mantener las bacterias buenas en equilibrio, y el yogur natural lo contiene. Los estudios demuestran que el desbalance de cualquier tipo de bacteria produce obesidad.
La impulsividad. La mejor manera de dejar atrás la forma tan espontánea en la que comes es planificando tu dieta. Es muy usual que tengamos varios tipos de alimentos dañinos guardados en nuestra nevera y optemos por ellos, pero planificar un régimen alimenticio te hace más responsable a la vez que evitas enfermedades.
Frituras. Es cierto que al verlas no podemos siempre podemos resistir la tentación, pero unos segundos en tu boca se traducen a casi toda una vida en tu abdomen. Esto es porque los alimentos al convertirse en fritura, también se transforman en grasas trans, el peor tipo de grasa no solo por su nivel de daño sino por su persistencia en nuestro organismo.
Emociones y comida. La emoción más usual que nos hace transformar lo que sentimos en comida es la ansiedad, por eso a veces te encuentras en medio de la noche comiéndote un trozo de pastel o una rebanada de pizza. Para evitar esto, podrías transformar tus sentimientos en otras actividades, como en deportes, por ejemplo.
Prescindir de los vegetales. Es más que importante que en tus comidas estén presentes los vegetales, puede ser la mitad del plato o un cuarto de él, no solo por el típico “proteínas, vitaminas y minerales”, sino también porque los vegetales sacian más rápido y evitan el exceso innecesario de otros alimentos dañinos luego de cada comida.
Tomar refrescos. Ni siquiera pienses en la soda de dieta. A pesar de no contener calorías, igual contiene más de la cantidad recomendada de azúcar. Peor son los refrescos tradicionales, que la multiplican. Si dejas una botella de soda y la reemplazas por una de agua, los resultados serán notorios en poco tiempo.
Sedentarismo. No pienses que salir de la cama para luego estar sentado todo el día es algo bueno, de hecho, el estar sentado todo el día hace más difícil la pérdida de peso. La enzima que se encarga de quemar la grasa se hace menos activa con el tiempo que pasas sentado frente a un escritorio.
Saltarse las comidas. Ya sea por el exceso de trabajo o reuniones, lo olvidas y es peligroso. O aun peor, porque crees que es la mejor manera de perder peso. No importa la razón, saltarse una comida es dañino. Saltarse las comidas genera un desequilibrio en tu metabolismo y quemarás menos grasa, por no decir que la mayoría de ella seguirá allí por más tiempo del que imaginas no importa si te ejercitas intensivamente.
El café. Lo tomas al despertar, tal vez en la tarde y, tal vez peor aún antes de dormir. El consumo excesivo de cafeína genera la privación del sueño, y si no duermes lo suficiente, la perdida de grasa será casi imposible. El dormir menos de 7 horas altera el metabolismo y no rendirás lo suficiente para los días siguientes.
Falta de ejercicio. El ejercicio, como ya sabemos es más que un beneficio, es vital, y el practicarlo tiene es de gran importancia. Lo más recomendable es que dejes de prometer que irá al gimnasio y empezar a hacerlos en tu casa o en un parque, puede que con el tiempo le tomes el gusto y decidas dar el paso al gimnasio.
Sentimientos fuera de control. El no ver un resultado rápido en los esfuerzos por adelgazar resulta frustrante, y estas emociones te llevan a un círculo vicioso del que no es posible salir fácilmente, llevándote tal vez a consumir más alimentos debido a la rabia. Si no ves resultados eficientes, la mejor opción será que visites a un especialista.
La necesidad por los dulces. La aparente necesidad de tener dulces siempre a la mano parece nunca desaparecer. No es recomendable que te “consientas” luego de cada ejercicio. Si quieres avanzar, lo mejor será comer frutas cuando te sientas con hambre, optar por alimentos pequeños pero saludables, planificar una dieta y hacer mucho ejercicio.
Fuente: Bioguia.com