Los niños están expuestos a más de seis días de anuncios publicitarios de comida chatarra y juguetes cada año.
Los servicios como Netflix o cualquier streamig salvan a nuestros hijos de más de 150 horas de comerciales “de cereales azucarados, refrescos que pudren los dientes, juguetes de características exagerados” y más cada año, ésa fue la conclusión de un análisis realizado por Exstreamist, un sitio dedicado a informar sobre servicios de Streaming.
En un reporte publicado el año pasado, Exstreamist explicó cómo Netflix rescata a los adultos de 130 horas de comerciales al año, y de acuerdo con sus cifras, los estadounidenses de entre 3 y 7 años pasan alrededor de 1.8 horas al día consumiendo video en streaming (cifra se dispara a casi 3 horas entre el grupo de 8 a 18 años).
“Eso suma unas 650 horas de películas y programas de tv al año y, de acuerdo con Nielsen, cada hora de televisión tiene más de 14 minutos de anuncios, así que si tu hijo pasa ese tiempo viendo TV convencional, habrá visto más de 150 horas de comerciales, esos son más de seis días”, dice Exstreamist. Aunque el estudio fue realizado con el público estadounidense en mente, en México la cifra podría ser aún mayor.
De acuerdo con cifras de Nielsen IBOPE retomadas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones en sus Estudios sobre oferta y consumo de programación para público infantil en radio, televisión, radio difundida y restringida, el consumo de televisión diario promedio de los niños de entre 4 y 12 años es de 4.5 horas, y cada hora en la programación infantil tiene un 10% de anuncios publicitarios, por lo que están expuestos a 164 horas de comerciales al año.
Aunque el IFT detalla que 72% de los niños de México, tiene acceso a televisión abierta, sólo 19% a tv de paga y apenas 17% a internet, aún no se cuenta con información sobre el consumo de video en streaming entre niños en nuestro país.
“Piensen en cuánto dinero ahorra a los padres, también. Aunque no hay forma de negar que un anuncio ocasional llegará a los ojos de la mente joven e impresionable de los niños, obligando a sus padres a comprarles algo, una suscripción a Netflix termina por pagarse a sí misma cientos de veces al prevenir esas compras excesivas de juguetes”, remata Exstreamist. Así que ahora puedes sentir menos remordimiento por ponerle ese capítulo de Peppa Pig a tu hijo de 2 años en la tablet.