Con motivo del aniversario del inicio de la Revolución Mexicana te presentamos cómo fue la situación en el municipio de Texcoco.
La Revolución Mexicana fue un movimientos políticos, económicos y social ocurrido entre 1910 y 1920, el ideal era desplazar la dictadura porfiriana de 30 años, los obreros soñaban con una legislación que les ofreciera un mínimo de protección contra el abuso de los poderosos, los campesinos querían tierras. Si hubiera tenido una ideología bien definida pudo ser de igual trascendencia que la Revolución Francesa o Rusa y servir de pauta para la liberación de muchos pueblos que en el resto del vasto continente se encontraban en similar estado.
Mientras cada lugar de México luchaba a su manera y por sus razones propias, en Texcoco la riqueza, si la había, se concentraba en pocas manos y la gran mayoría campesina languidecía en la miseria. Entre los que veían la situación con claridad estaba un hijo del Estado de México, Don Andrés Molina Enríquez, que intentó darle solución al problema de algún modo.
Escribió un libro famoso y proclamó el Plan de Texcoco en agosto de 1911, éste declaraba nulo el gobierno De la Barra y tomaba como bandera la lucha, no sólo política sino especialmente la social para conseguir un cambio en favor de los pobres. El plan no tuvo el éxito esperado por haber sido denunciado, y Molina Enríquez fue a dar a la cárcel. Lleva el nombre de Texcoco por haberse firmado en dicha ciudad el 23 de agosto de 1911. Molina residía entonces en esta ciudad, él mismo escribe:
“El Plan de Texcoco no sirvió para los objetivos políticos que expresa, ni para nuestro engrandecimiento político personal; pero sí para dar a la Revolución la conciencia de su carácter social…”
El plan estuvo basado en diez puntos, los cuales tenían como objetivos:
- Desconocer la presidencia interina de León de la Barra.
- Molina Enríquez asumiría las funciones del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo de forma provisional y transitorio.
- Formar un triunvirato o consejo que asumiría al gobierno de la nación, sus miembros posibles serían Emilio Vázquez Gómez, Manuel Bonilla, los generales Pascual Orozco, Emiliano Zapata, Camerino Mendoza, Rafael Tapia o el señor Paulino Martínez.
- En caso de morir alguno de los miembros, los restantes elegirían al tercero.
- En cada entidad se nombrarían comandantes militares adheridos al plan.
- En cada entidad los comandantes militares disolverían a los poderes legislativos y ejecutivos locales.
- Los comandantes militares acatarían las leyes dictadas provenientes del plan revolucionario de Texcoco.
- Molina Enríquez asumiría la responsabilidad para con la nación y las naciones extranjeras, siendo la revolución la que cuidaría la vida e intereses de los extranjeros residentes en México.
- Todas las leyes generales y locales seguirían vigentes hasta que fueran derogadas. Se convocaría a elecciones para renovar a los poderes legislativos y ejecutivos.
- Se dictarían las disposiciones necesarias para formar el Consejo, el cual proveería las necesidades del gobierno federal.
Fiel a sus convicciones, Molina Enríquez, reconoció su derrota aunque se ufanó de haber llamado, al menos, la atención nacional. La cuestión agraria sería retomada por el Plan de Ayala proclamado por Emiliano Zapata el 28 de noviembre de 1911. Años más tarde, Molina Enríquez colaboró en la redacción del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, el cual regula el manejo de las tierras y recursos del territorio nacional.
Como en la mayor parte de los municipios del Estado de México, en Texcoco la revolución no terminó con el triunfo de Madero. Tenemos noticias de que en 1913 la lucha fraticida se dejaba sentir en su distrito, los asaltos a las haciendas eran de todos los días, en agosto, el juez auxiliar de Apipilhuasco informa que los zapatistas bajan del monte por rumbo de San Jerónimo.
Siete días después el jefe político de Texcoco, licenciado Teodoro Alcocer Cruz informa que el capitán Enrique Moreau batió cerca de Tepetlaoxtoc a una partida de zapatistas, haciéndoles 11 bajas y dispersándola. El licenciado Alcocer intenta inútilmente armar al personal de las haciendas, pues los hacendados no cooperan.
En 1914 los encuentros entre las fuerzas federales y los zapatistas siguen. El 27 de mayo los zapatistas en número de mil invaden Tepetlaoxtoc. De Apipilhuasco se llevan al cura y exigen dinero por su rescate, la población de Texcoco se alegra cuando llega a la plaza un contingente carrancista de 900 hombres, al mando del coronel Garay que promete garantías. Pero el pueblo sufre saqueos no sólo de bandoleros sino de los que se llaman revolucionarios, sean estos carrancistas o zapatistas. La lucha no terminó hasta que los carrancistas lograron dominar todo el país.¹