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¿POR QUÉ MI VOZ SUENA DISTINTA CUANDO LA OIGO GRABADA?

¿Alguna vez has escuchado tu voz grabada? ¿Qué es lo que piensas? ¿Esa es mi voz? ¡Qué horror!

Es curioso, pero aunque creas que conoces perfectamente tu voz, todo cambia cuando la escuchas grabada. Hay mucha gente que prácticamente ni la reconoce como propia y le suena mucho peor de como la suele oír. ¿Por qué ocurre esto?

Nuestra voz, al pasar por el filtro de la grabación, suena bastante más aguda, como si le faltaran algunos tonos graves, aunque el hecho de que haya un poco de “reverb” hace que suene un pelín mejor. ¿Por qué pasa esto? Al parecer, al hablar, nuestra voz toma dos caminos en dirección a nuestro órgano auditivo, hacia el órgano de Corti. Este está situado en la cóclea o caracol, en el oído interno. ¿Qué hace este órgano? Convierte la vibración de las ondas sonoras en lo que se llama energía nerviosa.

El primero, el que mejor conocemos, es el externo. A partir del proceso de conducción aérea, nuestra voz se desplaza por el aire hasta nuestra orejas, pasa por el canal auditivo externo, el tímpano y llega al caracol o cóclea. Al tener la boca tan cerca del oído, este proceso de conducción es prácticamente inmediato, no obstante, el segundo camino aún resulta más directo.

El sonido de nuestra voz no sólo sale hacia fuera, sino que también lo proyectamos hacia dentro. ¿Cómo? En el segundo camino, la voz se desplaza a través de nuestros huesos, mediante los tejidos de nuestra cabeza, que aumentan las vibraciones que tienen una frecuencia más baja, aportando un tono más grave a nuestra propia voz. Esta es justo la vía que predomina y terminamos escuchando el resultado de la conducción interna de nuestra voz, más que la externa.

Por lo tanto, si cuando nos grabamos nos escuchamos distinto es porque los micrófonos no captan la vibración de los huesos, el sonido por vía interna, sino que únicamente oímos las ondas sonoras que se transmiten por vía aérea, eliminando ese tipo de sonido que predomina en nuestra experiencia: la conducción interna, obviando las frecuencias más graves. Por lo que sonamos más agudos de lo que nos escuchamos. ¿Sorprendente verdad?