Los teóricos de la conspiración han sugerido que Nostradamus, en el siglo XV, predijo la epidemia del coronavirus.
Nostradamus -Michel de Notre-Dame (Francia, 1503-1566), vale para todo como buen vidente y profeta. Desde anunciar el asesinato de JFK, el 11M y las dos guerras mundiales.
Por ello, es obvio que también profetizó, o al menos así lo dicen sus creyentes, esta crisis del Coronavirus. En los últimos días se han encontrado dos referencias básicas a la situación que vivimos en sus famosas cuartetas (publicadas en 1555), y en las que se encuentran todos los anuncios sobre el porvenir que regaló a la Humanidad, los que previo pago hizo para la reina Catalina de Médicis y otros potentados galos de la época.
Una de ellas está tan bien hilada y cubre tantos frentes que parece falsa. Dice:
Además, se acompaña un símbolo impreso a la manera de logotipo en la edición original de las Cuartetas, sumamente parecido, se dice, al coronavirus. En fin, al margen de la lógica de la interpretación de algunas de las afirmaciones, la sucesión es tan perfecta que parece falsa. Y en efecto, es falsa. Los Nostradamólogos se han apresurado a señalar que los citados versos no aparecen en las Cuartetas.
Símbolo «parecido y similar», por si no ha quedado claro, éstos se han apresurado a recalcar que Michel sí pronosticó el coronavirus, pero con otra cuarteta:
«La gran plaga de la ciudad marítima
no cesará hasta que se vengue la muerte de la sangre justa,
condenada por un precio sin crimen,
de la gran dama indignada por la simulación».
Bien, Wuhan, lugar de origen del virus, está a varios miles de kilómetros de la costa, en el interior de China y no es, por tanto, una ciudad marítima. Sin embargo, al estar el más probable origen de la epidemia en un mercado en el que se vendían incluso animales vivos, y entre ellos pescado y mariscos, puede haber confundido al profeta en su visión. También, que no hubiera ‘visto’ Wuhan sino Hong Kong, Shanghai u otra ciudad afectada, o que le confundiera que la ciudad tuviera puerto fluvial en el río Yang Tsé.
La Gran Dama indignada parece ser la ministra de sanidad china que frenó la crisis del SARS en 2003, y a la que ahora no se habría hecho caso. O quizá la Reina de Inglaterra. O a saber… en fin. El caso es que Nostradamus, astrólogo y médico francés del siglo XVI, de gran predicamento en la corte gala, predijo de esta críptica manera el 11S, la llegada de Hitler al poder, la muerte de Lady Diana y mil cosas.