Aunque no la consideremos una enfermedad, la súper obesidad es un padecimiento del que no estamos tan conscientes en México.
Pensamos que no es peligroso, que no se corre ningún riesgo, que quizá sólo es gracioso y que con una buena dieta se regresa a la normalidad o se baja de peso de manera efectiva. Pero no, la súper obesidad es una enfermedad que tendemos a mal minimizar sin saber que se corre un altísimo riesgo al padecerla. No sabemos o, mejor dicho, no tenemos conciencia de que se trata de una enfermedad crónica en sus diferentes grados.
¿Grave problema de salud nacional? Al menos como catástrofe en la economía, sí, tan sólo en 2017, el gasto a nivel nacional por atención a enfermedades que son producto del sobrepeso y la obesidad alcanzó los 240 mil millones de pesos. Actualmente, uno de cada tres adultos en México padece obesidad, ubicándose de esta manera en el primer puesto de esta enfermedad a nivel mundial, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), al superar, desde hace seis años, a Estados Unidos.
Muchos incluso se arriesgan con intervenciones quirúrgicas que los ponen en un riesgo todavía más alto. Minimizar esta enfermedad crónica es peligroso para los mexicanos. Pensamos que con una dieta todo queda solucionado sin pensar en las consecuencias que trae consigo padecer cualquier tipo de sobrepeso u obesidad. No es estar gordito y ya, hay que entender que se trata de una enfermedad crónica degenerativa que no se cura, sólo se controla.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), indicaron que entre los años 2012 y 2016, la súper obesidad aumentó en la población mexicana mayor de 18 años. El aumento fue de 20.5 millones de personas, a un total de 24.3 en aquel 2016.
No es necesario que una persona pese 200 kilogramos para que se encuentre enferma, hay que tomar mucho en cuenta que en el país no somos muy altos, entonces una mujer que mide 1.55 metros y pesa 72 kilos, ya está en obesidad grado uno. Si pesa 84 kilos ya alcanza la tipo dos y con 96 kilos entraría a la obesidad mórbida, no pensemos que los mórbidos son aquellos que tienen 100 o 200 kilos de más y que uno sólo está gordito.