El asfalto con plástico reciclado es una opción de movilidad muy útil para las carreteras de México.
Este material de larga duración puede ser, por mucho, una de las mejores innovaciones en nuestro país. La innovación en México está dando pasos hacia un camino positivo. Las carreteras sin baches, resistentes y fabricadas de manera sustentable parecen ser poco a poco una realidad. Guanajuato es el primer estado en todo el país que inaugura la primera carretera de asfalto hecha con plástico reciclado, marcando un nuevo rumbo en el manejo de residuos plásticos.
Hace años que reciclar se convirtió en un verdadero problema para la sociedad. De acuerdo con la ONU, tan sólo el 9% del plástico que se usa en todo el mundo se recicla, mientras que cada año se producen 400 millones de toneladas de residuos plásticos. Reciclar fue la primera opción que tuvo el ser humano para darle un uso más sustentable a los plásticos, pero con el paso del tiempo, este mecanismo resultó insuficiente. El consumo masivo de todo tipo de plásticos (envolturas, botellas, embalajes, etc.) rebasó los mecanismos de reciclaje.
La propuesta actual es convencer a las empresas generadoras de residuos para que hagan un cambio en su forma de producción. Asimismo, ser más conscientes de nuestro consumo de plásticos de un solo uso e innovar en otros ámbitos para garantizar el aprovechamiento de los residuos.
Un ejemplo es la carretera de asfalto con plástico reciclado que une las localidades de Irapuato y Cuerámaro en Guanajuato. Esta vía de 4 kilómetros fue construida con 1.7 toneladas de plástico posconsumo, es decir, cuenta con 425,000 empaques.
Con esta nueva tecnología no sólo se ofrece una posible solución al manejo de residuos plásticos, sino que permite alargar la vida útil teóricamente de las carreteras hasta en un 50% versus el asfalto convencional. Esta es la primera carretera a nivel global parcialmente fabricada con plástico reciclado. Los encargados de desarrollarla fueron colaboradores de la organización Dow en conjunto con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Este proyecto, aunado a otras innovaciones como el pavimento “antibaches” que se regenera con el agua o las casas hechas de botellas, forma parte de un movimiento basado en la mutabilidad y la versatilidad de lo que se piensa que no tiene utilidad.