Por suerte el reciclaje es una práctica cada vez más común, sin embargo hay formas de potenciar su impacto y hacerla más eficiente que la mayoría no conocemos.
El reciclaje, como concepto práctico, lleva ya cuatro décadas de haberse comenzado a implementar. Sin embargo, no fue hasta hace unos quince años que la cultura pop se vio impactada por él, y aún hoy encontramos varios aspectos de nuestras prácticas podrían, y deberían de afinarse. Probadamente el reciclar contribuye de manera significativa a contrarrestar los nefastos efectos de una dinámica de consumo-desecho en la que nos vimos cultural y económicamente sumergidos, en buena medida por la construcción de una cultura a partir de las prioridades del mercado.
Recordemos que la esencia del reciclaje es generar ciclos dinámicos alrededor de los materiales que utilizamos, con lo cual reducimos el desecho y nos ahorramos una buena porción de los materiales vírgenes (que generalmente proceden de recursos naturales, algunos de ellos no-renovables).
Más allá de separar cuidadosamente nuestra basura de acuerdo a materiales, existen distintas acciones o nociones complementarias que pueden hacer de tu reciclaje una práctica aún más benéfica. A continuación unos cuantos consejos que, te sugerimos, tomes en cuenta:
1. ANTES DE RECICLAR (REDUCE Y UTILIZA).
Antes de volcarte a reciclar debes recordar que hay dos pasos previos, de algún modo preventivos, a esa tarea: reducir y reutilizar. De algún modo el organizar tus desechos para reciclarse es una práctica que inicia cuando ya no hay más remedio, pero antes sería bueno que revisaras tus patrones de consumo, reduciéndolos al máximo sin que ello implique “precarizar” tu vida. Después, hay que considerar qué de lo que vamos a tirar a la basura podría reutilizarse y así evitar algunas futuras compras. Tras estos dos pasos entonces ya podemos aplicarnos en reciclar de la manera más inteligente posible.
2. COMPRA COSAS RECICLADAS.
Actualmente ya existe un mercado, aún pequeño pero cada vez más diverso, que utiliza empaques o materiales reciclados. En la medida en que favorezcas los productos incluidos en este circuito entonces los insumos reducirán sus costos, lo cual fortalecerá el mercado de reciclados y, simultáneamente, la cultura en torno a esta práctica.
3. INFÓRMATE CON LAS AUTORIDADES DE TU CIUDAD.
Es fundamental conocer cuáles son los materiales cuyo destino es el reciclaje a gran escala. Esto te permitirá priorizar en ellos a la hora de separar tu basura y, más allá de un grato sentimiento de responsabilidad ambiental, realmente estarás participando, de manera activa, en un gran ciclo dinámico de material.
4. COMPOSTA.
Si bien se nos enseña que la división principal de basura es entre orgánica e inorgánica, lo cierto es que no muchas ciudades aprovechan la primera. Generalmente, como no logran capitalizarla (por falta de conocimiento, tiempo o infraestructura), terminan reuniéndola con los materiales inorgánicos que no se destinan al reciclaje (aquello cuyos procedimientos de reciclaje son o muy complejos o muy costosos). En este sentido que mejor que crear tu propia composta casera, y eventualmente aprovecharla para crecer una hortaliza casera o, en su caso, para alimentar tus plantas ornamentales con tierra de primera calidad.
Fuente: Diarioecología.com