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LIMPIA TU KARMA CON ESTAS LEYES

“Las acciones que efectuamos dejan huellas o impresiones en nuestra mente muy sutil que, con el tiempo, producen sus correspondientes resultados.” Eso se le llama Karma.

La ley del karma tiene como principio la causa y efecto de las acciones físicas, verbales y mentales. Es decir que las acciones en nuestro pasado, se verán reflejadas en nuestros estados mentales, experiencias y apariencia física.

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Geshe Kelsang Gyatso, maestro de meditación altamente reconocido en el budismo tibetano y responsable de la difusión a nivel mundial del budismo Kadampa en la actualidad, afirma que:

“Las acciones que efectuamos dejan huellas o impresiones en nuestra mente muy sutil que, con el tiempo, producen sus correspondientes resultados.”

Se dice que si sufrimos es porque se han cometido acciones perjudiciales en vidas pasadas; acciones con principios impuros y envenenados por el aferramiento propio. Si sufrimos es porque “son nuestras propias perturbaciones mentales, como el odio, apego y la ignorancia”.  De modo que cuando se haya eliminado de la mente el aferramiento propio, las acciones serán puras; las acciones y experiencias, disfrutables y sin dificultad. Es el camino a nuestra verdadera felicidad en la mente. Para lograrlo, te compartimos 20 leyes para limpiar el karma, alcanzando el equilibrio y la armonía:

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  • Ley del karma.  El objetivo es alcanzar la armonía y el balance. Creamos el Karma con nuestras intenciones, pensamientos, emociones, palabras y acciones. Por lo que, para vivir en armonía, debemos trabajar en nuestro karma y descubrir un nuevo enfoque de vida.
  • Ley de la sabiduría. Ser sabio significa tomar ventaja del dolor para un proceso de introspección. La sabiduría es estar conscientes de lo que podemos y debemos cambiar, y de lo que no podemos.
  • Ley del progreso. La sabiduría se lleva a cabo a través de un desarrollo espiritual. Tenemos que sobrepasar nuestras emociones y el ego para seguir el camino del Alma.
  • Ley del logro vibracional. Dado que estamos hechos de energía, estamos en constante movimiento y eternidad. Por lo que nada en el universo es permanente. Todo cambia.
  • La ley de uno. Todas las partes forman parte de un todo más grande.
  • La ley del amor. El amor es la respuesta a todo. Tiene que ser incondicional, pues sólo así puede sanar tanto a uno como a todos los demás.
  • La ley de la abundancia. El Universo se encarga de que cada uno obtenga lo que necesita.
  • La ley de la gratitud. Esta ley ayuda durante el proceso de crear un hábito saludable en relación con todo lo que se tiene.
  • La ley de la armonía. Necesitamos apreciar lo esencial de la armonía con el universo para vivir mediante las leyes universales; es decir, no matar ni mentir ni odiar ni robar.
  • La ley de la observación. Nuestra realidad está definida por la manera en que pensamos. Los pensamientos se vuelven acciones, las cuales dan forma a nuestro carácter.

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  • La ley del desapego consciente. Dado que todo es cambiante, debemos aprender a no aferrarnos a los objetos ni personas. Tener este vínculo tan unido puede resultar en energía en desbalance. Por ello, mantenernos completamente conectados con nuestra esencia crea un balance.
  • La ley de la conducta. Deberíamos ser capaces de controlar nuestras acciones, lo cual conlleva inevitablemente al control de nuestra conducta.
  • La ley de la aceptación. La aceptación trae armonía, mientras que la resistencia o negación, miedo y sufrimiento. Usualmente, las personas se transforman en aquello que se resisten a ser.
  • La ley de la dualidad. Estas son dos fuerzas que gobiernan el universo , yin y yang; masculino y femenino. Entre ambos, tiene que haber balance y armonía.
  • La ley de la atracción. Atraemos lo que somos. Lo bueno atrae lo bueno. Amor atrae amor.
  • La ley de lo divino. Cuando nos volvemos conscientes de que la Divinidad reside en nosotros, empezamos a manifestarla.
  • La ley del Ciclo. Nuestras vidas están compuestas por diferentes ciclos. Cada ciclo normalmente toma alrededor de 9 a 12 años, resultando en un total de 4 o 5 ciclos mayores.
  • La ley del destino. El destino es la suma de las experiencias y lecciones que hemos pasado a lo largo de la vida. Tenemos nuestros destino y debemos cumplir con él.
  • La ley de Dharma. Es un objetivo más grande de todas las cosas que deberían sincronizarse con la ley universal. Hay una razón por la cual pasan las cosas. Es el creador. Es la armonía de Dharma que afecta nuestro Karma.

Vía: Ecoosfera.com