El manejo de pirotecnia forma parte de las tradiciones y sustento para muchas familias.
Por Sheynna Cornejo.- En el estado de México se dice que la popularidad de los fuegos artificiales se dio a partir de la independencia de México en el siglo 19, desde entonces son considerados parte de las tradiciones mexicanas.
El estado de mayor producción de fuegos artificiales es el estado de México, en el municipio de Tultepec, que desde la década de los 90’s ha tenido una innumerable cantidad de explosiones hasta estas fechas, causadas por diversas situaciones. Como consecuencia, han sido motivo a la prohibición de su venta en diferentes estados, por los peligros que esto implica. La venta, producción y manejo de fuegos artificiales es controlada por la ley federal de armas, municiones explosivas y pirotecnia y la SEDENA.
El manejo de pirotecnia forma parte de las tradiciones y sustento para muchas familias, ejemplo de esto es la señora Teresa Sánchez, su familia se dedica a la fabricación de juguetería pirotécnica infantil, por lo que son considerados artesanos pirotécnicos y llevan más de 40 años trabajando en el centro de Texcoco con sus vitrinas de vidrio.
La señora Teresa nos cuenta que la mala información, la censura por el peligro, el manejo sin responsabilidad y la falta de reglamentación ha orillado a que la venta de pirotecnia sea baja, afectando así su economía, siendo ésta su profesión por años. Esta familia tiene a la venta únicamente pirotecnia de luz, ya que los cuetes con trueno fuerte, fueron prohibidos desde los años 90 es por ello que los reglamentos de protección civil siguen siendo estrictos.
Algunas de reglas que marca protección civil a todos los vendedores en estas temporadas son:
- Contar con extintor.
- Contar con un bote de arena.
- Contar con un un bote de agua.
Son algunas de las reglas exigidas a los comerciantes, aparte de sus respectivos permisos. Es importante mencionar que el manejo de los fuegos pirotécnicos es responsabilidad de quien los consume y siempre hay que hacerlo con las medidas adecuadas y, en los más pequeños, bajo la supervisión de un adulto.