Miles de japoneses están convencidos de que Jesucristo escapó de los romanos y formó una familia en Japón.
Hace dos mil años, un pastor nómada se estableció en el norte de Japón. Convencido de que ése sería el lugar en el que podría cultivar ajos, hizo una vida en torno al cuidado de sus plantíos. Se enamoró de una mujer, tuvo tres hijos y vivió más de cien años. Algunos locales aseguran que se trató de Jesucristo quien, para evitar la furia de los romanos, huyó de su país para empezar de nueva cuenta en Oriente.
De acuerdo a la orografía y posibilidades técnicas que existían hace dos mil años, es poco probable que Jesús haya escapado del Imperio Romano para establecerse en una isla asiática. Sin embargo, existe una larga tradición oral que asegura que ése fue el caso, y que debajo de la tumba en ese lugar al norte de Japón están sus restos.
Por esta razón, en la cima de una colina de la aldea de Shingo se le recuerda como Daitenku Taro Jurai. La población que rinde culto a los restos asegura que Jesús no murió en una cruz, sino que emprendió un viaje tortuoso hasta este poblado montañoso. Año con año, más de 20 mil personas peregrinan para visitar este sitio sagrado.
Parte del recorrido incluye un boleto de 100 yenes para entrar al Museo de la Leyenda de Cristo, que se ha convertido en un espacio de reliquias religiosas. Desde 1964, en primavera se orquestan festivales enteros en su honor, en los que mujeres bailan en kimonos mientras que el resto canta letanías en idiomas desconocidos.
El sitio ha causado controversia entre los practicantes de las fes cristianas. Hay quienes aseguran, incluso, que el Museo de la Leyenda de Cristo en Shingo es sólo una atracción turística para activar la economía local. Sin embargo, es una realidad que el culto atrae a cada vez más personas con el paso de los años.
Los practicantes de este culto tienen la creencia de que Jesús, a los 21 años, migró de su país de origen para establecerse en Japón. El mito comenzó a difundirse en el siglo XVII, bajo la premisa de que en los textos bíblicos no se detalla la vida de este personaje entre sus primeros años hasta los 30, cuando empezó a predicar.
Partiendo de la base de que esos años están perdidos, algunos japoneses decidieron explicar este vacío en los textos sagrados como sigue: en lugar de que Jesús haya sido crucificado, su hermano se sacrificó por él. Es así como Jesucristo emprende un viaje hasta el Lejano Oriente, donde finalmente funda una familia y pasa el resto de sus días.
En Japón, sólo el 1 % de la población se identifica como cristiana. Sin embargo, el sincretismo religioso se ha dado entre las poblaciones más marginales del país, donde se encuentran ritos que entremezclan el sintoísmo, el budismo y algunos elementos de la iconografía católica. Podría ser que el Museo de la Leyenda de Cristo sea producto de este fenómeno social.
Fuente: Muyinteresante.com.mx