El ser humano siempre ha buscado la forma de explicar el universo creando historias y leyendas sobre las constelaciones y sus orígenes.
Grandes secretos resguardados por el universo yacen suspendidos sobre nosotros. Antes de que la ciencia evolucionara, algunas historias buscaban revelar los orígenes de las constelaciones, el cambio de las estaciones y los fenómenos astronómicos.
El estudio de los cielos es tan antiguo como la curiosidad del ser humano por entender el universo, y gracias a esta constante inquietud han surgido leyendas extraordinarias sobre el origen de algunas estrellas y constelaciones. Muchas de las mejores historias están basadas en mitos de la cultura griega, y aquí te platicamos algunas.
Osa Mayor: el castigo de Hera.
Comencemos con la constelación más famosa, la Osa Mayor. Aunque en otros lugares es conocida como Sartén o el Gran Cazo, este conjunto de estrellas se acompaña de otro cúmulo brillante más pequeño que se conoce como la Osa Menor.
La historia de estas estrellas nace de una traición. Zeus, esposo de Hera, un día concibió a Arcade con la ninfa Calisto. Cuando la diosa Hera se enteró del engaño de Zeus, decidió transformar a Calisto en un oso (Osa Mayor).
Un día, cazando en el bosque Arcade se cruzó con Calisto en forma de animal e intentó disparar una flecha en su contra. Antes de que se hicieran daño, Zeus decidió intervenir y convirtió a Arcade en otro oso (Osa Menor).
Zeus tomó a los dos osos por la cola y los lanzó al cielo, para convertirlos en una de las constelaciones más hermosas del cosmos. Hera, al ver lo ocurrido, buscó enfurecida a su hermano Poseidón, dios de los mares, y le pidió que ninguno pudiera sumergirse en aguas celestiales. Por esta razón, las dos constelaciones nunca desaparecen bajo la línea del horizonte.
Andrómeda, la guardiana de una galaxia.
Al mirar el horizonte se observa la constelación de Andrómeda, que resguarda en su interior una galaxia entera. Para el ojo humano es casi imposible captar a Andrómeda, debido a que su luz es de baja intensidad. Sin embargo, su historia es tan fascinante como este lejano conjunto en el universo.
La madre de Andrómeda, Casiopea, un día ofendió a Poseidón. Furioso, éste solicitó que la hija de la reina fuera entregada como sacrificio a un monstruo marino. Esa era la única manera de lograr que el dios recuperara la calma.
Afortunadamente, eclipsado por la belleza de Andrómeda, el héroe Perseo ofreció matar al monstruo. Después de lograr su propósito, pidió la mano de la joven para contraer matrimonio con ella.
Orión, el cinturón de estrellas en el cielo.
La historia cuenta que Orión era un hermoso gigante, hijo de Poseidón y Euríale, que destacaba por su fuerza y tamaño. Convertido en cazador, perseguía bestias en el inframundo y en el cielo acompañado de su perro Sirio.
Con el tiempo, sus habilidades serían reconocidas al unirse al séquito de Artemisa, la diosa de la caza, quien eventualmente se enamoraría de él. Se dice que Apolo, hermano gemelo de la diosa, indignado por el fervor hacia Orión, la desafió engañosamente: debía tirar una flecha y clavarla en una pequeña figura que sobresalía en un lugar lejano en el mar.
Artemisa, entusiasmada por el reto, tomó su arco y apunto hacia la isla de Ortigia sin saber que el blanco era Orión. Desconsolada por la muerte del cazador, la diosa pidió a Zeus que trasladara al gigante al cielo, convirtiéndolo en una constelación.
Fuente: Ecoosfera.com