Hay muchas leyendas sobre artistas, políticos e incluso un sacerdote que podría haber hecho tratos con el diablo para ganar fama, talento, dinero y mujeres.
Aquí te presentamos algunas de estas leyendas:
Charles Manson.
Es el fundador y líder de un grupo que cometió varios asesinatos en los EE.UU. a finales de 1960, incluyendo el de la actriz Sharon Tate cuando estaba con 8 meses de embarazo. Manson y su familia están envueltos en un halo de misterio, leyendas y cultos satánicos. Ha sido encarcelado desde 1971, condenado a muerte, aunque su sentencia fue cambiada a cadena perpetua, según dicen por su pacto con el diablo. Está en la Penitenciaría Estatal de Corcoran, California.
No obstante, y aunque bien es cierto que los asesinatos perpetrados por el grupo de Manson tienen un alto componente bíblico, realmente el motivo que movía a Manson era su particular interpretación del Apocalipsis, según la cual habría una guerra interracial entre personas de raza negra y blanca. Además, los expertos afirman que, lo que en un principio se vio como prueba de los tratos satánicos (Pintadas con sangre en las paredes y similares) fueron actos motivados por el cóctel de drogas alucinógenas que los miembros de La Familia llevaban en el cuerpo.
Robert Johnson.
Conocido como el músico que hizo un pacto con el demonio, cuesta discernir al hablar del guitarrista donde empieza el hombre y acaba el mito. Parece que su historia comienza una noche en Missisipi, en la encrucijada de las autopistas 61 y 49, donde, a medianoche, esperó al diablo para venderle su alma a cambio de tocar blues mejor que nadie.
En realidad, Johnson nació de una relación esporádica en 1911. Pronto se vio atraído por la música, pero tenía fama de ser un pésimo intérprete. A partir de 1930 comenzó a seguir a los grandes del blues de la época, y su estilo evolucionó: donde antes había un pésimo intérprete ahora había un músico con una ejecución perfecta. La leyenda del diablo y la encrucijada surgió por esa época. Johnson la explotó, sus éxitos hacían referencia a este supuesto trato (Crossroad Blues, que habla del cruce de caminos, o Me and the Devil Blues) Tocaba en penumbras, desaparecía en mitad de las actuaciones, nunca se quedaba en el mismo sitio.
Pero cuando tenía 27 años sedujo a la mujer que no debía y fue envenenado con estricnina. Su mito creció tras su muerte, pues hay hasta tres tumbas donde supuestamente está enterrado. Leyenda o realidad, sin duda fue uno de los mejores guitarristas de la historia.
Giuseppe Tartini.
Este músico italiano no habría hecho exactamente un pacto, sino una colaboración con el diablo, que lo lanzó a la fama. A los 21 años, Tartini tuvo un sueño, en el que el diablo hizo que tocara maravillosamente el violín. Cuando se despertó, intentó hacer la misma música y no pudo, pero escribió otra que él prefirió llamar El trino del Diablo. Eso fue suficiente para llegar a ser conocido tanto por la calidad de su música, como la leyenda de que tendría un pacto demoníaco.
Urbain Grandier.
La historia de los tratos demoniacos de este sacerdote francés del siglo XVII es bastante curiosa. Grandier era un personaje bastante carismático que llegó al convento de Loudun en 1615. Sus buenas maneras y su gran oratoria pronto le permitieron codearse con los personajes más importantes del lugar, y sus sermones atraían a los feligreses, que veían en el apuesto e inteligente dominico al líder espiritual que necesitaban.
Pero Grandier tenía dos puntos débiles: la vanidad y las mujeres. Dos flaquezas que le llevaron a cometer dos errores fatales. En primer lugar, porque en 1618 ofendería al prior de Coussay al solicitar prioridad sobre él en una procesión. Un error fatal, pues años después se convertiría en el cardenal Richelieu y no habría olvidado la afrenta. El otro enemigo que se granjeó fue el fiscal Louis Trincant, pues embarazó a su hija.
Entre Trincant y Richelieu pronto conspirarían para acabar con Grandier. De este modo, pronto comenzó a circular la historia de que un brujo había ordenado que los demonios embargaran a un convento de ursulinas que parecían poseídas: Urbain Grandier. Una investigación de las habitaciones del párroco encontró un documento firmado, entre otros, por Asmodeo o Lucifer en el que el sacerdote renunciaba a Dios para entregarse a sus nuevos amos. El documento escrito en latín, aunque probablemente falsificado, se considera el primer pacto demoníaco escrito de la historia y fue prueba suficiente para ordenar la ejecución de Grandier.
Charles Baudelaire.
El poeta autor de las Flores del Mal y uno de los precursores de la poesía moderna, se consideraba un conocedor y alguien que apreciaba las obras satánicas. Su objetivo principal sería la de obtener el reconocimiento artístico que, de hecho, se produjo sólo después de su muerte. Baudelaire tiene poemas sobre Satanás, pero éstos serían una representación de la rebelión y la revolución moral para el escritor.
Gilles de Rais.
El noble francés luchó en varias batallas junto a Juana de Arco y es considerado uno de los precursores de los asesinos en serie modernnos. Violento y cruel desde su juventud, encontró en el ejército una manera de expresar su sadismo y la agresión. Después de la muerte de Juana de Arco, Gilles se hizo aún más excéntrico y mentalmente inestable. Viviendo en Nantes secuestró, maltrató, torturó y asesinó a cientos de niños y jóvenes, con la ayuda de «brujas» en rituales malignos. En 1440, fue acusado de ser un adorador de Satán, denunciado por sus crímenes y quemado en la hoguera.