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El vapeo, más dañino que el cigarro convencional

Se ve como una opción saludable al tabaco, incluso como una solución para dejar de fumar, pero no hay evidencia científica, afirma especialista universitaria de la UNAM.

Los vapeadores, cigarros electrónicos e híbridos son mucho más dañinos que los convencionales; además, las afectaciones se presentan de forma aguda, es decir, pueden aparecer al siguiente día de utilizarlos y son muy aparatosas, “te llevan al hospital”, señala Guadalupe Ponciano Rodríguez, directora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la Facultad de Medicina.

Esos dispositivos que se han puesto de moda, más entre los jóvenes y adolescentes, funcionan por medio de una batería o conectados a la corriente para calentar y vaporizar una solución líquida que se inhala y que puede ser muy dañina, pues no es agua, sino una combinación de componentes químicos, como el propilenglicol, el etilenglicol y la glicerina; a éstos se les conoce como sistemas electrónicos de administración de nicotina, o SEAN.

Desde que aparecieron, se vendieron como una opción saludable al cigarro, e incluso como una solución para dejar de fumar; sin embargo, no hay evidencia científica que apoye estas afirmaciones. 

Ponciano Rodríguez comenta que “estos dispositivos nos preocupan mucho por la alta cantidad de nicotina. En un cigarro tradicional hay cerca de un miligramo de nicotina por pieza; los pods o cápsulas de esos implementos que usan tabaco laminado pueden llegar a tener hasta 60 miligramos; es como si fumaras 60 cigarros de una vez. Hemos visto que la nicotina actúa a nivel del músculo cardiaco, venas y arterias por lo que puede agravar padecimientos como la aterosclerosis”.

Es importante aclarar que los líquidos que se emplean en los SEAN, que tienen colores muy llamativos, no son agua, sino combinaciones de componentes químicos muy tóxicos, “los saborizantes que se utilizan para que se aprecie menos el sabor del tabaco y sepa a durazno, mango, u otros sabores exóticos, hacen que los adolescentes no tengan una percepción adecuada del riesgo, y algunos colorantes por ejemplo los rojos, pueden llegar a producir cáncer, además que todo esto le llama mucho la atención a los jóvenes, lo que los induce muy rápido a la adicción”.

“El llamado es a que se informen –insiste Ponciano Rodríguez– que sepan la realidad sobre el daño que causan estos dispositivos, y que no lo hagan; su praxis se ha normalizado y muchos jóvenes inician en el tabaquismo por el cigarro electrónico. Es una práctica reciente y no hemos visto los daños a largo plazo aún, los híbridos salieron hace unos dos años. Es importante aprender del pasado: con el tabaco nos costó mucho tiempo comprender las afectaciones que ocasiona. Si sabemos que causan daño, no tiene caso esperarse a que pasen 20 años para ver las consecuencias, porque implica que mueran muchas personas”, termina la especialista.

Con información de: Gaceta.unam.mx