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El sitio paleontológico de Tocuila, Texcoco

En julio de 1996, mientras se realizaba la construcción de una cafetería, se descubrieron algunos restos óseos de mamuts.

El sitio paleontológico de Tocuila se encuentra en el área del poblado de San Miguel Tocuila, municipio de Texcoco, México.  El oportuno aviso que los propietarios hicieron de ello permitió que se descubriera uno de los yacimientos paleontológicos de fauna del Pleistoceno Tardío y del Holoceno Temprano más ricos del valle de México.

En el área explorada,
que ocupa una extensión de 28
metros cuadrados, se excavó y
 se llevó un registro detallado 
del proceso. Esa superficie se
considera muestra del enorme
potencial del sitio, debido a que
 se ha hallado un número considerable de restos óseos, principalmente pertenecientes a mamut, Mammuthus columbi.

Los 
restos, que incluyen tres cráneos casi completos, dos grandes fragmentos de otros tantos cráneos y cuatro mandíbulas, son de al menos cinco individuos entre jóvenes y adultos (no viejos). Además de los mamuts, se encontraron caballos, bisontes, camellos, liebres y, en los estratos superiores, aves acuáticas. Asimismo, se han encontrado fragmentos de hueso de mamut modificados por lasqueo intencional, lo cual indica la presencia del hombre asociada al conjunto de restos.

El diseño de investigación interdisciplinaria e interinstitucional ha permitido generar una hipótesis explicativa, según la cual los indicios sugieren que dos eventos regionales de naturaleza catastrófica formaron el depósito.

El primero, una intensa y abundante lluvia de cenizas volcánicas, parece haber provocado la desaparición de la cubierta vegetal y la muerte de distintas poblaciones de herbívoros, como mamuts, caballos, camellos y bisontes.

El segundo gran evento ocurrió poco después del primero y se caracterizó por la presencia de una secuencia de flujos lodosos o lahares que bajaron de las montañas hasta la planicie lacustre, desplazando y desacomodando los esqueletos que yacían en el páramo, atrapando y matando probablemente algunos otros animales y, finalmente, sepultando todo el conjunto en una capa de lodo de metro y medio de espesor.

El carácter intempestivo de ambos eventos naturales produjo una «fotografía» excepcionalmente rica de la fauna y la flora de aquel momento, que ahora es investigada. A diferencia de otros hallazgos paleontológicos anteriores de la misma época, generalmente caracterizados por ser indicios aislados, el descubrimiento del enorme yacimiento de Tocuila ha permitido integrar un amplio equipo de investigadores de distintas disciplinas (sedimentología, palinología, geofísica, vulcanología, geomorfología, radiometría, paleontología y biología molecular) que, además de caracterizar los procesos naturales que formaron y transformaron el depósito, buscan reconstruir coordinadamente las características del paleopaisaje para explicar de manera científica e integral la dinámica natural de aquel momento y el papel que el hombre desempeñaba en ese contexto.

Debido a la importancia de los hallazgos y al interés de los pobladores de Tocuila en conservar el sitio, se han realizado algunas obras temporales que facilitan su visita. además de dos trípticos que sirven como guía y un cuadro mural que describe las etapas de la investigación paleontológica.

Fuente: Arqueologiamexicana.mx