Durante años, el símbolo de la esvástica (o suástica como es conocida por muchos y cuyo termino es portugués) ha sido condenado al repudio y la condenación de la sociedad.
Debido al control de masas que sucedió en la primer mitad del siglo XX, un símbolo que ha sido usado a lo largo de milenios con un significado ahora es parte del imaginario colectivo como algo políticamente incorrecto. Es importante conocer la historia de tan controversial imagen, para redimir y revalorar un símbolo; así como para cuestionar cuál es el poder que la manipulación mediática y las ideologías pueden tener sobre la historia.
Los registros más antiguos de la esvástica datan de hace diez mil años en Ucrania, donde se encontró tallado en el cadáver de un pájaro. Cerca de 5 mil años después, en regiones de lo que ahora es Irán, también se tiene registro del símbolo que se utilizó como parte de un patrón numérico en el que el símbolo representó el numero trece.
La palabra se origina en el idioma sánscrito, en la que la palabra suasti significa “bienestar” y el adverbio su es “bueno” o “muy”, y asti “ello es”. Esto generaría un significado cercano a “camino al bienestar”.
La iconografía de la esvástica fue un referente en muchas civilizaciones antiguas, con distintos significados, en cada región se puede encontrar como un símbolo de suerte, representando el término Brahman (divinidad absoluta, el concepto de reencarnación conocido cómo Samsara y también el de Suria, dios del sol en la religión hindú). Incluso está mencionado en los Vedas. A partir de ahí se contextualizó con otras religiones como el budismo en la que se usa en posición horizontal, en el cristianismo temprano se usaban para disimular la cruz e incluso en el medievo se usaba para representar a los cuatro evangelistas, el jainismo lo combinaba con el de una mano e incluso el judaísmo usó el símbolo en la sinagoga de Engedi.
En occidente, el trabajo del arqueólogo Heinrich Schliemann a finales del siglo XIX asoció el símbolo que encontró en lo que fueron tierras cercanas a Troya y lo relacionó con antiguas migraciones de civilizaciones proto-indo-germánicas. Estas investigaciones llevaron a un estudio del símbolo a lo largo de la cultura germánica y griega, y a principios del siglo XX el símbolo ya era sinónimo de éxito y buena suerte.
Equipo de hockey femenil “Fernie Swastikas” en 1922
Incluso la esvástica fue usada en productos comerciales como la cerveza Carlsberg, la cual mantuvo el símbolo desde el siglo XIX hasta la mitad de los años treinta, cuando comenzó a ser un referente del partido Nazi en Alemania.
Esto último lleva a la actual significación de la esvástica que comenzó desde finales de la Primera Guerra Mundial, cuando el ejército alemán aprendió del finlandés acerca del símbolo. Éste comenzó a ser usado como oposición a la república alemana de la posguerra. Cuando Adolfo Hitler tomó el poder ya conocía la relevancia de los símbolos, e incluso de la relación entre la suástica y la cultura aria, a pesar de que fue usado por muchas otras culturas. No fue hasta 1935 cuando Goering insistió que la bandera alemana representaba una época pasada y que podía funcionar como estandarte para la oposición. El partido Nazi la modificó e integró la esvástica de la que Hitler escribiría en 1925 con estas palabras:
“Yo, mientras tanto, después de innumerables intentos, había establecido una forma final. Una bandera con un fondo rojo, un disco blanco y una suástica negra en medio. Después de largos ensayos también encontré una proporción definida entre el tamaño de la bandera y el tamaño del disco blanco, así como la forma y el grosor de la suástica”.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la suástica fue completamente prohibida en países como Alemania, Hungría, Lituania, Polonia e incluso Brasil. Los símbolos religiosos no pueden ser prohibidos, por lo que la suástica budista o jaimista están exentas de la prohibición. Mientras en Asia el símbolo ha podido preservar el significado de bondad y amistad, en occidente la suástica no ha podido regresar a significar eso. La temporalidad quizá no lo permita aún, pero es importante cuestionar la integridad del símbolo y la importancia que se debe dar a su significado.
Vía: Culturacolectiva