Envió las invitaciones cuando la fiesta ya había terminado, era la primera dedicada específicamente a los viajeros en el tiempo.
En 1992, Hawking ya había propuesto que los viajes en el tiempo eran imposibles. Así que aquella fiesta vespertina en los pantanos del río Cam era mitad experimento para demostrar que los cronoviajeros no existían, mitad «troleo» a todos aquellos teóricos que pensaban que este tipo de viajes sí que podrían existir.
El 28 de junio de 2009, en uno de los salones de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, el científico Stephen Hawking realizó una fiesta para viajeros del tiempo. Aunque se esperaba la llegada de personas provenientes de otros confines de la línea temporal convencional, a la hora de la citación sólo se encontraba sentado el genio inglés.
Por otra parte, las invitaciones al evento tuvieron una particularidad: fueron enviadas una vez terminada la fiesta. Según el científico, la idea era que nadie estuviese enterado de que allí se realizaría una celebración hasta que no se hiciese realidad, y así poder comprobar que los viajes en el tiempo son posibles.
«Usted está cordialmente invitado al evento para viajeros del tiempo organizada por el profesor Stephen Hawking», decía el texto, que también incluía la irónica aclaración de que no era necesario confirmar asistencia. Y agrega: «Quizás, algún día, alguien viviendo en el futuro va a encontrar la información y usará una máquina del tiempo para venir a mi fiesta, probando que, un día, los viajes en el tiempo serán posibles».
Sin embargo, a la hora clave que figuraba en la invitación, ninguna persona o ser vivo se presentó en el salón de la Universidad de Cambridge. Al ver que la aguja del reloj pasa las 12 y nadie entra a su fiesta, Hawking pone en práctica su popular sentido del humor y dice: «Esperaba que la futura Miss Universo iba a abrir la puerta».
De igual manera, Hawking confió en que alguien del futuro encontrará la información y utilizará una máquina del tiempo para participar de la fiesta, beber champagne y comprobar la teoría del físico.
Años después, el físico explicó en un simposio en el marco del Festival de Ciencia de Seattle, Estados Unidos, que «la teoría de la relatividad general de (Albert) Einstein parece ofrecer la posibilidad de que podemos deformar el espacio-tiempo tanto que podríamos viajar al pasado».
«Sin embargo, es probable que dicha deformación provocaría un rayo de radiación que destruiría la nave espacial y tal vez el espacio-tiempo en sí mismo», agregó en aquel evento de 2012.