Si el Vaticano fuera una empresa y tuviera subsidiarias, México sería la segunda más importante a nivel mundial, sólo por debajo de Brasil, al contar con 96 millones de católicos.
Durante la primera visita del papa Francisco a México, del 12 al 17 de febrero, se contempla el recorrido en cinco entidades y se prevé que analice temas como derechos humanos y combate a la pobreza. ¿Por qué México es un país clave para la comunidad católica y el Vaticano?
Además de albergar una gran población católica, es una economía religiosa competitiva para el Vaticano: México se ubica en la novena posición de los 10 países que más le aportan dinero a esa soberanía y a la colecta del papa, a través del Óbolo de San Pedro (las donaciones de la feligresía), escuelas católicas, donaciones de iniciativas privadas, entre otros, de acuerdo con las últimas cifras disponibles en la Prefectura de los Asuntos Económicos de la Santa Sede.
CONSUMIDORES ESPIRITUALES.
Las distintas religiones, vistas desde un enfoque microeconómico, son consideradas empresas que compiten en el mercado por atraer consumidores. A esta clase de personas se les conoce como “consumidores espirituales, quienes, mediante sus preferencias, mandan señales sobre el tipo de producto religioso que desean. Como toda empresa, las iglesias están interesadas en maximizar su membresía”.
Por tradición, la población mexicana católica ha predominado; sin embargo, a partir del siglo XX la composición religiosa en México ha mostrado cambios significativos, en 1910, los católicos mexicanos representaban 99% de la población total en el país; en 1950 se redujo a 96%, y en la actualidad significa aproximadamente 82.72%.
A pesar de que el número de fieles católicos se ha reducido en México, la iglesia se mantiene como una de las instituciones más respetadas en el país. La iglesia es la segunda institución más respetada entre los mexicanos, sólo por debajo de las universidades y por arriba del Ejército, según una encuesta realizada en 2015 por Consulta Mitofsky.
EL CEO DE UNA ORGANIZACIÓN.
En abril de 2014, el semanario británico The Economist calificó al papa Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, como un “CEO ejemplar que debería ser estudiado en las escuelas de negocios por su exitosa reinvención de la iglesia católica”. Asimismo comparó a Bergoglio con el fundador de Apple, Steve Jobs, al considerar que ayudó a reposicionar la marca de la institución, en momentos en que atravesaba por graves problemas de confianza y credibilidad.
En el caso de México, la percepción de los católicos sobre el papa Francisco es 86% positiva, frente al 5% negativa. Durante la primera visita del pontífice a suelo mexicano, la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope) espera que se genere una derrama económica por 870 millones de pesos en la capital del país y alrededor de 2,500 millones de pesos durante toda su estancia en suelo mexicano.
Aunque la imagen del pontífice se ha mantenido en un estándar positivo, esto no se replica para las finanzas de la iglesia. El hecho de que el pontífice sea el primer jesuita en presidir la institución clerical ha ayudado a hacer énfasis en temas sociales. Sin embargo, la postura del papa Francisco es similar a la de sus antecesores: mantener y conservar la tradición de la iglesia.
Francisco está retomando este camino, y además está metiendo a la agenda el debate de temas morales, pero no para aprobarlos. En este sentido es igual de ortodoxo que cualquier otro papa y abiertamente rechaza todos estos temas, pero sí ha propuesto discutirlos de forma abierta, tolerar a quienes caen en estas prácticas y hacerlos parte de la conversación.
Vía: Forbes.com.mx