El término clase media es un grado de la estratificación de clase social que se aplica a las personas con un nivel socioeconómico medio que se sitúa entre la clase obrera y la clase alta.
De acuerdo a la Secretaría de Economía (SE), en México existen dos categorías dentro de la clase media: la “Media- Baja” formada por oficinistas, técnicos, supervisores y artesanos calificados, la principal característica de esta clase es que sus ingresos “no son muy sustanciosos pero sí estables”, y estima que sea el 20% de la población nacional, cerca de 23 millones de personas. Y la clase “Media-Alta”, donde se ubica 14% de la población (16 millones de mexicanos) incluye a la mayoría de hombres de negocios y profesionales que han triunfado y que por lo general constan de buenos y estables ingresos económicos.
Aquí te damos algunos consejos financieros, comparando la clase media y la clase alta:
1. Los ricos no trabajan por el dinero. Los ricos montan negocios, invierten en acciones, fondos de inversión, etc. Hacen que el dinero trabaje por ellos. Sin embargo, la clase media trabaja por dinero y se endeuda para comprar una casa, coches, etc.
2. Entender las finanzas. Los ricos tienen claro lo que es un activo y lo que es un pasivo. En resumen: Un activo es algo que pone dinero en mi bolsillo, un pasivo es algo que saca dinero de mi bolsillo. Ésta no es una definición muy ortodoxa, pero sí muy útil, ya que nos interesa tener claro que si una vivienda la compramos mediante una hipoteca para vivir en ella, es un pasivo. Todos los meses tenemos que sacar dinero de nuestro bolsillo para pagar la hipoteca. Si, en cambio, la compramos para alquilar y la renta da beneficio, después de descontar los gastos, esa vivienda pasaría a ser un activo.
3. Ocúpese de su negocio propio. Las familias y el sistema escolar nos impulsan a trabajar para otros a cambio de tener seguridad en el trabajo, mientras trabajamos para otros perdemos el tiempo y la energía en ocuparnos de nuestro propio negocio. Cuando nos referimos a negocio propio puede ser invertir en bolsa, comprar viviendas para alquilar o cualquier otra actividad que nos pueda generar ingresos al margen de nuestro sueldo. En cambio, los ricos hacen lo siguiente: montan negocios que no requieran su presencia, son los dueños pero están dirigidos o administrados por terceros. Si tienen que trabajar allí, no es un negocio. Compran acciones, bonos, fondos de inversión, propiedades que generen ingresos, obtienen ingresos por propiedad intelectual, como música, escritura, patentes. Compran cualquier otra cosa que tenga un valor, produzca ingresos, esté en alza o tenga un mercado disponible.
4. Los impuestos. Si montas sociedades podrás proteger mejor tu capital y obtener beneficios fiscales que no están al alcance de los autónomos o trabajadores a cuenta ajena. Un trabajador paga cerca del 50% de sus ingresos anuales a Hacienda y a la Seguridad Social. Pero los ricos pagan muchos menos impuestos proporcionalmente.
5. Trabaje para aprender y no por el dinero. Se recomienda a la gente joven que busque trabajos por lo que podría aprender y no por lo que podría ganar. Evitar la especialización excesiva y aprender diversas habilidades como ventas, marketing, habilidades de comunicación, de negociación y sobre todo de liderazgo. Cuando se trata de dinero, la única aptitud que conocen las personas corrientes es trabajar arduamente. Pero la inteligencia financiera es una combinación entre contabilidad, inversiones, marketing y leyes. Combinando esas cuatro aptitudes técnicas, ganar dinero se hace más simple.
La sociedad industrial, en la que un trabajador sólo tenía que preocuparse por cumplir con su trabajo y en la que su empresa junto al estado se encargaría de todo lo demás, ha terminado. En el Siglo XXI, los trabajadores deben aprender a gestionar su dinero y a hacerse cargo de sus carreras profesionales de una forma más inteligente, en un mundo en el que la seguridad laboral es ficticia.
Fuente: Aprende a invertir