Desde la copa menstrual a las toallas o compresas sostenibles, te damos alternativas a los tampones más respetuosas y económicas para cuidar del planeta.
Vivas donde vivas, dejar de lado los productos menstruales industriales como los tampones sintéticos y pasarte a alternativas sostenibles es un paso necesario para reducir el impacto negativo ambiental.
Así lo están haciendo cada vez más mujeres, y por ello empieza a apostar Ciudad de México. En un nuevo intento por reducir la contaminación y cuidar del medio ambiente, acaba de prohibir los plásticos de un sólo uso y, con ello, los tampones con aplicador de plástico. Sólo será posible encontrarlos a la venta antes de que se agoten existencias.
Algunas personas consideran que la medida perjudica a las mujeres, porque se han convertido en producto de primera necesidad. Pero lo cierto es que existen alternativas a los tampones respetuosas con el medio ambiente —y mucho más económicas— para nuestra salud íntima. Lo que es necesario es concientizar sobre ellas y facilitar el acceso a los millones de mujeres que viven en la capital mexicana.
Los productos industriales para la menstruación que encontramos en cualquier supermercado son altamente perjudiciales para el entorno. Sus materiales sintéticos —celulosa, poliéster, polipropileno, polietileno…— son tóxicos y tardan siglos en descomponerse. Éstos se encuentran tanto en envases como en el producto en sí. También se han convertido en el quinto producto plástico más presente en mares y océanos. Por otro lado, contribuyen a emitir metano en la atmósfera, cuyo efecto invernadero es mayor al del dióxido de carbono y es un agravante para el cambio climático.
A continuación te damos alternativas a los tampones y a otros productos de higiene íntima para vivir la menstruación de forma sostenible.
La copa menstrual. Las copas menstruales son recipientes adaptables al interior de la vagina que suelen estar hechos de silicona líquida biodegradable. Es un material hipoalergénico que no produce reacciones en la piel. Cada copa puede durar hasta 10 años, lo que la convierte en la opción más sostenible, según National Geographic.
Se puede llevar hasta 12 horas en el interior de la vagina —depende del modelo y de la cantidad de regla de cada persona— y es muy fácil de lavar y volver a usar: cuando vacíes el contenido en el retrete, la copa se enjuaga con un jabón neutro y se vuelve colocar en la vagina. Por otro lado, al tener un tacto muy suave no deja esa sensación áspera en la piel, como sí ocurre con los tampones. También es una solución a los olores que a veces pueden desprenderse de una toalla o compresa o de un tampón.
Si bien una copa menstrual es más cara que una caja de tampones, con el tiempo la inversión es mucho más rentable. En México, la copa menstrual puede comprarse en internet. Un consejo: es importante que elijas una copa que sea adecuada para tu cuerpo y tipo de regla. Revisa bien cuál se ajusta mejor a ti.
Toallas o compresas lavables de tela. El estigma hacia la menstruación ha afectado la percepción que tenemos hacia los productos de higiene íntima reutilizables. Pero este prejuicio cada vez se está diluyendo más. Sólo hace falta mantenerlos en buen estado. Uno de estos productos son las toallas o compresas lavables de tela. Se pueden utilizar tantas veces como dure el tejido del que están hechas. Incluso, se pueden fabricar en casa.
Lejos de las compresas industriales, las de tela reutilizables no contaminan el entorno con microplásticos y otras sustancias dañinas. Pero, en cualquier caso, hay que optar por telas con poco impacto en el entorno. Existen tejidos más suaves e hipoalergénicos que otros, como el de bambú.
Consejo: es importante que, después de cada uso, puedas lavar tu compresa o toalla con un jabón no agresivo y dejarla secar. Esto evitará que el tinte de la sangre se impregne muy fuerte en la tela.
Tampones y toallas biodegradables. Los tampones y las toallas o compresas de algodón orgánico son desechables y, por tanto, son alternativas menos sostenibles: necesitas muchos más. Pero, al ser de un material orgánico, se degradan mucho más rápido que sus versiones industriales y regresan a su origen, a veces, en menos de un año —en forma de nutrientes para las plantas.
En la producción orgánica no se emplean sustancias tóxicas, se evitan los blanqueadores de cloro o perfumes y se usa menos agua. Esto hace que el proceso de fabricación sea también sostenible.
Estas opciones también son hipoalergénicas, ya que la falta de productos químicos impide que puedan provocar irritación al entrar en contacto con la mucosa vaginal. Consejo: que un tampón carezca de aplicador de plástico o lo tenga de cartón no significa que no sea contaminante. El material del cuál está hecho tiene componentes sintéticos. Elige opciones que realmente sean responsables con el entorno.
Ropa interior para la menstruación. Otra de las alternativas reutilizables para la higiene femenina es la ropa interior para la menstruación. Su composición con múltiple tela permite no tener que llevar compresas o tampones. Además, pueden pasar por unas braguitas normales. Puede durar unos dos años. Consejo: elige marcas cuyos materiales utilizados tengan el menor impacto ambiental posible.
Esponjas naturales. Las esponjas marinas naturales absorben el flujo menstrual. Luego se lavan y pueden volver a reutilizarse. Su uso es muy similar al de un tampón, pero, al ser de origen natural, son fácilmente compostables.
Vivas donde vivas, te invitamos a dejar de usar tampones y compresas desechables que contengan materiales sintéticos y pasarte a alternativas respetuosas con el medio ambiente. Desde la asociación Women’s Enviromental Network llaman al compromiso por una higiene íntima más sostenible como environmenstrual. Trabajan problemáticas que conectan género, salud y medio ambiente, y en su web puedes encontrar información relacionada con el impacto ambiental de los productos de higiene menstrual.
Fuente: Playground