Muchos de ellos llevan más de 40 años dedicándose a asear el calzado de la gente que visita el jardín municipal.
Por Daniela Alpide.- Texcoco es un municipio donde sus pobladores hacen todo lo posible por seguir conservando tanto sus tradiciones como el don que obtienen durante los años que trabajan con sus familiares, pues estos trabajos se van pasando de generación en generación.
Este es el caso de algunos de los boleros que se encuentran en el Jardín Municipal de Texcoco, los cuales tienen más de 40 años ganándose la vida de este oficio, ya que crecieron practicándolo y por ello les fue quedando el gusto de poder brindar el servicio de lustrar un zapato.
Para que un bolero limpie, le dé brillo o repare un zapato, utilizan una estructura de soporte de metal en forma de pie, una silla alta para el cliente y un cajón que contiene trapos, brochas, cepillos, grasa, jabón de calabaza y tintas (azul, negra o café), estás son algunos de sus materiales para que puedan poner en práctica su labor.
El trabajo de los boleros es muy interesante porque pueden llegar a cambiar el color de un zapato y dejarlos como nuevos en tan solo minutos, el procedimiento que realizan para llegar a dejarlos relucientes no es tan complicado, pues primero quitan la suciedad de la superficie con un cepillo, una vez eliminado el polvo, proceden a colocar cera, pintura y le dan un pulido, después de eso concluyen con un cepillado enérgico y con toque final de darle brillo.
Los clientes que más recurren al lustrar su calzado son hombres mayores, puesto que son los que tienden utilizar zapato formal para ir a su empleo o asistir a alguna reunión, pero a pesar de eso, se está poniendo en riesgo este gran trabajo, porque la mayoría de personas utilizan más el tenis y esto ocasionó que la economía de estos boleros vaya en declive.
Lo que también afectó a estos trabajadores fue el COVID 19, ya que las personas no asistían a sus empleos y eso hizo que nadie fuera con los boleros. Sin embargo a ellos les llama la atención practicar este trabajo, porque a pesar de que haya días altos o bajos siempre les complace seguir con esta tradición y el convivir o platicar con las personas, es lo que sin duda les gusta más de su trabajo.