Historias que la iglesia se ha encargado de eliminar por completo de la Biblia, pero ¿cuál será la razón?
¿No te parece extraño que todo lo que conocemos sobre Jesús haya ocurrido apenas unos pocos años antes de su crucifixión? Todos los textos de los que tenemos conocimiento nos dan una visión muy resumida de su vida, como si de la noche de su nacimiento a su exilio en el desierto hubiesen pasado apenas unas horas. Su niñez ha quedado suspendida en el tiempo y oculta para la mirada de muchas personas; sin embargo, esta etapa de su vida sí fue descrita a detalle incluso por algunos de sus seguidores. En los llamados evangelios apócrifos aparece un Niño Jesús que, si no supiéramos que se trata del mismo Mesías, pensaríamos que era el hijo del Diablo.
La ardiente vagina de María.
En un texto apócrifo escrito alrededor del año 150 y titulado el Protoevangelio de Santiago se encuentra plasmada una versión diferente del nacimiento de Jesús, además de una de las cualidades más extrañas de la Virgen María. Según este libro, el Niño Dios no salió al mundo por la vagina de María, sino que apareció en los brazos de su madre transportado por una nube brillante. Cuando una mujer llamada Salome quiso cerciorarse de que María en verdad seguía siendo virgen, introduciendo un dedo en su vagina, apenas puso sus manos entre las piernas de la madre de Cristo, éstas empezaron a quemarse.
La maldición de Judas.
La tradición dice que después de haber vendido al Hijo de Dios por 30 monedas, Judas murió ahorcado; el libro perdido del primer Obispo Papias dice que en realidad en traidor más famoso de la historia comenzó a hincharse hasta el punto en que ni siquiera los mejores doctores con la herramienta más avanzada pudieron encontrar sus hundidos ojos. Quizá la parte en la que Papias pone más detalle es al pene de Judas, el cual se hinchó hasta quedar como una horrible masa amorfa, de la cual, al igual que del resto del cuerpo, comenzaron a brotar gusanos y toda clase de sustancias asquerosas. Al llegar el día de su muerte, el cadáver apestaba tanto que nadie quiso acercarse.
Las 14 caras de la muerte.
Otro de los libros apócrifos de la Biblia que la Iglesia eliminó de su doctrina es el Testamento de Abraham, en este texto quedan grabadas la vivencias del padre de las tres grandes religiones monoteístas, incluida por supuesto aquella en la que el anciano escapó de la muerte a pesar de que ésta era un designio del mismo Dios. Harto de la astucia del hombre, Yahveh mandó a la muerte en persona que se presentó a Abraham como un monstruo de catorce caras:
- 1 y 2: Fuego ardiente y oscuridad respectivamente.
- 3: la cara triste de una serpiente.
- 4: un hondo precipicio.
- 5: una serpiente venenosa.
- 6: un león.
- 7y 8: Cerastes y Basilisco, dos serpientes más.
- 9 y 10: Cimitarra ardiente y un rostro que porta una espada respectivamente.
- 11: un terrible relámpago.
- 12: Aguas tempestuosas (ríos y mares).
- 13: Una serpiente de 3 cabezas.
- 14: Una taza con veneno.
La comida en el fin del mundo.
Según el Apocalípsis de Brauch, un texto apócrifo del siglo I, después de que la humanidad padezca terremotos, inundaciones e incendios, vendrá un periodo de hambruna que sólo podrá ser aliviado cuando Behemoth y Leviathán ─los dos monstruos apocalípticos creados por Dios─ emerjan de sus escondites, pues los sobrevivientes podrán alimentarse con su carne.
El aspecto del infierno.
A pesar de que lo concebimos como un lugar de fuego y sufrimiento, en el Apocalípsis de Pedro aparece retratada otra versión de este sitio de castigo eterno. Según la percepción del apóstol, el infierno está construido dependiendo de los pecados de cada persona, así las madres que abortan deben pasar una eternidad sumergidas en aguas residuales, mientras sus hijos muertos les lanzan rayos y fuego por los ojos, los cuales se espera perforen el cuerpo de las condenadas.
Las fijaciones sexuales de Jesús.
Podemos saltarnos la parte en la que Jesús y María Magdalena encuentran el amor, sin embargo, no podemos pasar por alto lo que, según una secta conocida como los borborites asumían como la verdadera eucaristía, ya que se trata de nada más que Cristo teniendo relaciones con una mujer que había sacado de su costilla para que al final (todo frente a la mirada atónita de Magdalena) Jesús bebiera sus propios fluidos como una especie de comunión.
La verdadera razón del diluvio.
Según la tradición, Yahveh decidió inundar la tierra debido a que a «Los Hijos de Dios» les agradaba fornicar con las mujeres. Sin embargo, eso no suena para nada a alguna desviación o algo por el estilo, si es que consideramos que estos personajes son los hombres mismos. La verdad detrás de todo esto es que, esas criaturas a las que el creador llama «hijos» son en realidad el producto de la cruza de un ángel con una mujer humana. Los híbridos de 400 pies de alto aterrorizaron a la gente del planeta, que en ese momento no era mucha, exigiéndoles comida en abundancia. Para evitar la extinción total del hombre a causa de la hambruna, Dios decidió inundar la tierra y asesinar a estos gigantes.
A pesar de que estos sucesos nos podrían ayudar a comprender mejor la religión y todo lo que ésta implica, muchos de ellos han sido sometidos a una censura definitiva que nos hace pensar que probablemente aquellos que no nos permiten este tipo de conocimientos, esconden algo más que un simple pasaje en la vida de los Santos.
Fuente: Culturacolectiva.com