Artesanos de todo el mundo están penetrando mercados más allá de las tiendas de los museos y de las ferias artesanales.
No siempre es fácil saber si un artículo está hecho realmente a mano ni qué porcentaje del dinero va a parar a las manos de los artesanos. En una era de producción masiva y compras online, aquí van algunos consejos sobre cómo adquirir productos artesanales verdaderos y que compensen a sus creadores:
No hay certificados de “comercio justo” para los productos hechos a mano porque los procesos de producción son muy variados. Las normas de seguridad y las prácticas laborales pueden ser irrelevantes para el artesano que hace canastas en una zona rural.
Sin embargo, algunas tiendas dan la categoría de “fair trade” a artículos hechos a mano que son distribuidos por organizaciones afiliadas. Cada vez más organizaciones se especializan en maximizar las ganancias de los artesanos, así que busca detalles de cómo se compensa a los artesanos y qué hace una organización para vigilar las prácticas laborales y la seguridad de los trabajadores.
Algunas tiendas usan la categoría “hecho a mano” siguiendo la definición de la UNESCO, que dice que “la contribución manual del artesano” debe ser “el componente más importante del producto acabado”. Si no hay una etiqueta que diga hecho a mano, trata de ver si el producto va acompañado de la historia del artesano que lo hizo. Las ventas online hacen que esto resulte más fácil que nunca.
En las tiendas, pregunta al vendedor sobre el fabricante. «No hay nada mejor que preguntarle a una persona a la que le estás comprando algo: ¿Cuánto recibe el artista?, ¿de dónde viene esto? ¿Han estado en ese sitio?”, señaló Keith Recker, integrante de la junta de directores de la International Folk Art Alliance, cuya feria anual en Santa Fe, Nuevo México, atrae a los diseñadores de casas como Donna Karan para explorar las ofertas artesanales de más de 50 países.
Las historias de la fabricación de un producto no siempre involucran un fabricante, ni un solo país, pues los artesanos se esfuerzan por adaptarse a los gustos modernos y a las expectativas del comprador en cuanto a la producción y la entrega. Así que puede que el proceso empiece en una localidad rural remota y termine en un taller a varios kilómetros de distancia. Este tipo de cadenas acelera la producción y la distribución.
Fuente: Dineroenimagen.com