Hay cosas que nos imaginamos que sucederían o que haríamos si uno llegara a estar desempleado.
Sin embargo, al momento de estar en esa situación resulta que todo es muy diferente a lo que pensábamos o deseábamos. Aquí te dejamos algunos ejemplos:
1. “Me la pasaré viajando”. Esta idea es la más atractiva. El problema llega cuando nos damos cuenta de todo el gasto que implica un viaje: transporte, hospedaje, comidas, souvenirs, alcohol, etc. Por lo tanto, quizá podremos hacer uno o dos y si quisiéramos un tercero tendríamos que limitaríamos más con los gastos. Y claro, tendríamos que dejar pasar un tiempo considerable entre cada uno.
2. “Podré salir con mis amigos todo el tiempo”. Creemos que como nosotros estamos disponibles podremos salir con nuestros amigos todo el tiempo… pero se nos olvida un pequeño detalle: es probable que ellos sigan trabajando y no tengan chance de unirse a nuestros planes. Entonces no nos quedará de otra que hacer las cosas solos.
3. “Me la pasaré acostado y durmiendo todo el día”. Parece una gran idea cuando lo imaginamos; sin embargo, si no vives solo es probable que esto no resulte, ya que al verte en casa para ellos (mamá, hermanos, abuelos, tíos, roomies) estarás completamente disponible para cualquier cosa (mandado). Como no tienes nada qué hacer, seguramente serás el encargado de ir a la tienda, por las tortillas, de cuidar o ir a recoger a la escuela a tus hijos, hermanos, sobrinos… E indudablemente serás el responsable del quehacer de la casa.
4. “Pondré un negocio”. Esta idea es la mejor de todas y no negamos que pueda suceder. No obstante, el plan que nos imaginamos es que en cuanto dejemos de trabajar comenzaremos a poner el nuevo negocio. Hay que estar conscientes de que esto implica muchas cosas, principalmente tiempo y dinero. Si queremos que el negocio funcione debemos planear y estructurar bien todo para que no sea algo “improvisado”
5. “Mi jefe me va a extrañar”. A todos nos gusta pensar que así sería, independientemente de cómo haya sido la relación con tu jefe. Lamentablemente todos somos reemplazables. Y sí, tal vez te eche de menos los primeros días porque ya estaban acoplados y se llevaban bien, pero estará mil veces más preocupado por sacar el trabajo y conseguir a alguien nuevo que por estar añorándote.
6. “Conseguiré un trabajo temporal”. Lo que más nos preocupa de quedarnos sin empleo es la cuestión económica. Por ello, la opción más viable para no desestabilizarnos sería buscar un trabajo temporal en lo que encontramos el ideal. Pero la realidad es que pasará por nuestra mente la idea de “Merezco un descanso”. Entonces seguramente en lo que buscamos trabajo preferiremos hacer todas las cosas que no podíamos mientras teníamos un horario fijo y así disfrutar de nuestras “vacaciones forzosas”.
7. “Le prestaré dinero a mis amigos o familia”. Sabemos que recibiremos dinero suficiente para sobrevivir unos meses. Lo que nos hace sacar nuestro buen samaritano y pensar en prestar dinero si alguien lo necesita. La cuestión surge cuando de verdad te lo piden. A pesar de que ya había pasado por tu mente, te resulta complicado hacerlo porque seguramente ya habías destinado el dinero a diferentes cosas.
8. “Controlaré mis gastos”. Nos preocupa que al tener el dinero de la liquidación o finiquito nos confiemos y comencemos a gastar en todo lo que se nos ocurra. Entonces lo primero que pensamos es que seremos más cuidadosos con nuestros gastos. Lo malo es que sabemos que tenemos dinero para gastar y no nos pesa hacerlo, pues merecemos “un lujito de vez en cuando”. El problema viene después, cuando comenzamos a ver menos números en nuestra cuenta del banco y aún no conseguimos trabajo.
9. “Pagaré mis deudas”. Si hay algo que nos pesa es pagar nuestras deudas, ya sea con alguien más, préstamos del banco, tarjetas de crédito, etcétera. Por eso uno de los objetivos que nos ponemos es pagar todas nuestras deudas. Sin embargo, al momento de querer hacerlo hay algo que nos detiene, pues preferimos gastarlo en otra cosa o ahorrarlo para futuras situaciones. Esto, de verdad, te recomiendo que lo hagas. Te sentirás mucho más aliviado y no tendrás la presión de tener que estar pagando dinero constantemente o el fastidio de que te estén cobrando a cada rato.
10. “Adoptaré nuevos hábitos”. Como toda nuestra rutina se verá afectada debido al desempleo, seguramente tendremos sentimientos encontrados durante ese tiempo. Pero una vez que nos sintamos mejor decidiremos iniciar cosas nuevas o aprovechar para realizar cosas distintas e implementar una nueva rutina. Como continuar levantándonos temprano todos los días, salir a correr, ir al gimnasio, llevar una dieta balanceada. Todo suena excelente pero después de haber pasado años despertándote temprano para ir a trabajar, cuando te encuentras desempleado prefieres descansar y pararte un poco más tarde.
Cuéntanos tus experiencias y qué otras cosas han resultado distintas a como las imaginabas.