Si de algo podemos presumir los mexicanos es de nuestra riqueza gastronómica.
La variedad de ingredientes que tenemos en nuestro territorio nos permite elaborar platillos suculentos. El amor por la comida data de la época prehispánica. Salvador Novo relata en su libro Cocina Mexicana (1976) cómo los pueblos prehispánicos sentían una especial adoración por los alimentos, considerándolos una verdadera bendición de la naturaleza.
En los últimos años hemos caído en cuenta que los alimentos, resultado de la industrialización, han disminuido su calidad. También, la globalización hizo que algunos productos se pusieran de moda, y otros, simplemente fueron olvidándose. Afortunadamente el interés por una vida saludable está cada vez más presente en la sociedad y los alimentos son el inicio de esta.
Algunos estudiosos han encontrado cómo las culturas prehispánicas estaban muy bien nutridas: el combo de maíz y frijol (incluso solo este) permite a las personas sobrevivir sanamente. Pero además los antepasados contaban con algunos aditamentos que hoy son considerados como súper alimentos, que sobresalen por sus propiedades nutricionales. Presentamos una lista de los súper alimentos que existen en México desde hace milenios y que, de integrarlos a tu dieta, estarás mucho más sano y enérgico:
Aguacate.
Proviene del vocablo ahuácatl que significa «testículo». Martín Fernández de Enciso escribió en su Suma de Geografía, publicado en Sevilla en 1519: “lo que hay dentro es como mantequilla, tiene un sabor delicioso y deja un gusto tan blando y tan bueno que es maravilloso”.
Amaranto.
El ingrediente principal de las alegrías se consumía en tiempos prehispánicos por su gran aporte de proteínas y otros nutrientes. Se acostumbraba amasar con miel para darle mayor consistencia. El nombre ‘amaranto’ proviene de huauhtli o tezcahuauhtli.
Cacao.
Los primeros en apreciar este ingrediente fueron los mayas, posteriormente los toltecas y los mexicas lo incorporaron a sus rituales. En el imperio azteca, Moctezuma recibía parte de sus tributos en almendras de cacao, porque estimaba mucho sus bayas como monedas.
Cacahuate.
Definitivamente es una de nuestras botanas favoritas (y también en otras partes del mundo). Su nombre proviene de tlalli que es «tierra» y cacáhuatl que significa «grano». También se le conoce como maní, pero este nombre proviene del grupo lingüístico arahuaco de la cultura prehispánica taína que habitaba en las islas de La Española, Cuba y Puerto Rico, en el Caribe.
Chile.
No cabe duda de que el chile es el ingrediente mexicano por excelencia, sin él la comida no sabe igual. Su nombre deriva del vocablo chilli y cuenta la leyenda que fue un regalo de la diosa Tlatlauqui. Los aztecas lo empleaban no sólo como parte de su dieta diaria, sino para usos militares, medicinales e impositivos.
Chocolate.
Una de las mejores aportaciones de la gastronomía mexicana para el mundo. Nuestros antepasados lo consumía como bebida espumosa después de una comida importante o una ceremonia. Durante los años de conquista, la bebida del “Xocolatl Azteca” era apreciada no sólo por su sabor, sino por su valor estimulante.
Frijol.
Era uno de los ingredientes principales de la dieta prehispánica, ya que en el territorio mesoamericano crecían más de 40 variedades.
Jitomate.
Cuando el jitomate llegó a Europa causó una verdadera revolución alimentaria. En América ya teníamos la fortuna de incluirlo en nuestra dieta desde tiempos prehispánicos. Su nombre proviene de xictli que es «ombligo» y tómatl que es «tomate».
Maíz.
Por supuesto el maíz no podía quedar fuera de esta lista, pues era el ingrediente central de los pueblos prehispánicos. Del náhuatl centli, los pueblos mesoamericanos disponían de más de 40 variedades para preparar tortillas, tamales, guisos y hasta bebidas.
Chía.
En 1991, el doctor Wayne Coates, investigador de la Universidad de Arizona, comenzó a estudiar a fondo las propiedades de la chía y entonces esta cobró una popularidad mundial. Por las culturas prehispánicas era usado como alimento, ofrenda a los dioses o como aceite de esencias y propiedades curativas. Tiene altas cantidades de proteína, fibra y calcio.
Insectos.
Las culturas prehispánicas curiosamente calificaban a los insectos como de particularmente aseados por el tipo de alimentación que hacen: hierbas, flores y frutos. México alberga 549 de las casi 1,900 especies de insectos catalogadas como comestibles en el mundo. Escamoles, chapulines, jumiles, chicatanas, chinicuiles, etc. Las variedades de insectos comestibles en este país son muchísimas y una ración de 100 gramos de estos insectos contienen hasta 80 gramos de proteínas.