Contrario a lo que muchos imaginan, la figura que identifica al mexicano con la ‘flojera’ no tenía en un inicio nada que ver con ella.
Esta caricatura del latino es un cliché común en Estados Unidos que contribuye a que los mexicanos sean percibidos como holgazanes, fomentando actitudes racistas. Sus elementos apenas varían: se muestran con los pies cómicamente grandes, los brazos cruzados sobre una gran barriga, suelen lucir bigote y llevan el famoso sombrero, el burro y el cactus son opcionales.
Las primeras referencias al ‘mexicano dormido’ se encuentran en la literatura, en los relatos que los viajeros anglosajones hacían de sus viajes a México a principios del siglo XX. Muchos de estos visitantes hablaban de la práctica de los mexicanos de envolverse en una manta para descansar apoyados en una pared, y de ahí, la imagen fue evolucionando hasta lo que conocemos hoy. Los cactus aparecieron después, añadidos por los carteles publicitarios que querían dar esa visión exótica del país, y comenzaron a comercializarse figuritas con el diseño que los turistas compraban.
Es lamentable que esta imagen se relacione tanto con México, ya que ha difundido el estereotipo de que los mexicanos son los reyes de la flojera. Una de las primeras representaciones del mexicano dormido se encuentra en la escultura del artista Rómulo Rozo, llamada “El pensamiento”. Esta obra fue víctima de una mala broma cuando se exhibió por primera vez en la década de los 30 en la Biblioteca Nacional de México.
Durante esta presentación a un desconocido le pareció muy gracioso colocar una botella de tequila frente a la escultura, con lo que se convirtió en la burla del momento. Claro, así ya no parecía alguien que piensa, alguien que imagina, sino alguien borracho descansando en medio de una biblioteca.
Charles Phillip Jimenez fue un autor que retomó esta imagen prejuiciosa y trató de darle un significado que llenará de orgullo a los mexicanos en lugar darles de vergüenza. En su libro autopublicado The Sleeping Mexican Phenomenon, Jimenez explicó que el famosísimo mexicano no está ahí recostado por flojera, si no porque está cansado después de un día de trabajo duro.
Una interpretación como ésta suena más coherente con El pensamiento de Rómulo Rozo, como el mural La noche de los pobres de Diego Rivera, en el cual se aprecia a una familia dormida, evidentemente cansada, después de una jornada laboral. El padre también usa un sombrero que le cubre la cara, por lo que es difícil no recordar al estereotipo del mexicano dormido.
Sólo que ahora sabes que el mexicano está dormido no por flojo, sino por cansado de tanto trabajar, y cómo no, si de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2016 México era el país que pasaba más horas trabajando.