El Día de Muertos es una fecha llena de tradición, símbolos y leyendas. Una leyenda más nos habla del origen de la flor de cempasúchil.
Es la flor principal en los altares dedicados a nuestros fieles difuntos. Cuenta la leyenda que existían dos amantes cuyos nombres eran Xóchitl y Huitzilin. El amor entre ellos había nacido desde la infancia, y crecía cada día más. Cada tarde, los amantes subían a la montaña para ofrecer flores al dios del sol, Tonatiuh, quien disfrutaba ver cómo el amor entre ellos ardía como el sol, y ellos juraron amarse más allá del tiempo, más allá de la distancia, más allá de la muerte.
Pero un día llegó la guerra y los amantes se separaron, pronto llegaron las noticias de que Huitzilin había muerto en la guerra, Xóchitl sintió que su corazón se desgarraba de dolor, subió a la montaña y le pidió a Tonatiuh, el padre sol, que la uniera por siempre con su amor, el sol conmovido extendió uno de sus rayos y al tocar a la joven la convirtió en una flor, de colores tan intensos como los mismos rayos del sol. Luego llegó Huitzilin, en forma de un colibrí, y amoroso se posó en el centro de la flor, y al instante la flor se abrió en 20 pétalos, de aroma intenso y misterioso… Dicen que así nació la flor de Zempaxóchitl, la flor de muertos.
El ciclo de vida del cempasúchil es de un año, a lo largo del que crece, se desarrolla, florece desde finales de primavera hasta otoño principalmente y finalmente muere. La flor de Cempasúchil, Cempaxóchitl, Zempaxóchitl o Flor de muerto, es de la familia de las Tagetes erecta y Tagetes patula, su etimología proviene del náhuatl Cempōhualxōchitl que significa “veinte flores”. Es una planta compuesta, que varía en las tonalidades de anaranjado a amarillo, también puede tener tonos de café rojizo debido a sus pigmentos, es muy aromática. La planta alcanza alturas de entre 50 y 100 centímetros esta flor parece ser una sola, pero no es así, desde el punto de vista científico se trata de una agrupación de pequeñas flores conocidas como “inflorescencias” que se encuentran en conjunto sobre una sola cabeza floral.
Su origen se centra en México, tanto de forma silvestre como cultivada, así mismo habita en diversos tipos de ecosistemas como selvas tropicales de hoja caduca, bosques espinosos, bosques de niebla, bosques de pino y encino; su cultivo se extiende principalmente por los estados de Chiapas, Estado de México, Morelos, Puebla, San Luís Potosí, Sinaloa, Tlaxcala, Oaxaca, Michoacán y Veracruz.