México tiene elecciones cada vez más reguladas y costosas, y a la vez más irrelevantes, en tanto que no producen cambios en la calidad del gobierno y, por el contrario, hay más corrupción.
En México hay un sistema de complicidad de protección mutua. Esto tiene que ver con el financiamiento de las campañas: si todos los que llegan tienen que pasar por el mecanismo de financiamiento ilegal, nadie puede salirse del juego porque todos son fruto de ese juego.
Cada vez las elecciones son más competidas pero también pierden su fuerza como generadoras de cambio, estimuladoras de la rendición de cuentas y correctoras del rumbo, (cuando) debieran de ser la forma para premiar o castigar a gobernantes, y no lo han sido. No se percibe que las alternancias de un color u otro hayan cambiado la calidad del gobierno, y la corrupción en algunos casos ha aumentado.
En cuanto al dinero que se usa en las elecciones; el problema ha venido empeorando en los últimos 10 años, así que la única probabilidad es que esto se mantenga o empeore, esto es, que las campañas cuestan cada vez más y que los candidatos se fondeen de forma ilegal para ser competitivos. Eso genera un problema de corrupción gubernamental, porque ya que llegas a la silla del poder tienes que pagar a quienes te financiaron de forma ilegal.
En cuanto al pago de cobertura a los medios, una solución es prohibir la publicidad de gobierno en todo tiempo y lugar. En la Presidencia de Felipe Calderón se incrementó enormemente el presupuesto de comunicación social para medios y esto se reprodujo en todas las entidades del país.
Respecto del INE, es el resultado de una legislación obesa, no es que el ife o el ine lo sean, son resultado de una legislación sobrerregulatoria, punitiva, barroca, excesiva, boba e ingenua. La legislación se ha venido engordando para meter prohibiciones, deseos, anhelos, tonterías, para negociar políticamente, y da lugar a burocracias. Había estados en los que los institutos electorales tenían cinco integrantes, ahora tienen que ser siete. Se crearon salas especializadas en los tribunales para monitorear los spots, y para eso hay que construir toda una infraestructura tecnológica, con gente viendo spots. Se ha burocratizado la administración porque genera intereses políticos, económicos y, en el caso de los partidos, el financiamiento no responde a ninguna lógica.
Los que se benefician, en un sentido amplio, con toda esta maquinaria electoral; en gobiernos y congresos estatales, en los liderazgos del Congreso federal y en ciertas áreas federales que hacen compras y licitaciones de obra pública, en muchos medios de comunicación, en todo el sector de construcción, ahí la corrupción es enorme.
El actor que ha empeorado todo son los legisladores locales y federales porque tienen la tarea de poner un alto, vigilar, revisar, castigar. Hay un sistema de complicidad de protección mutua. Esto tiene que ver con el financiamiento de las campañas: si todos los que llegan tienen que pasar por el mecanismo de financiamiento ilegal, nadie puede salirse del juego porque todos son fruto de ese juego.
Fuente: Forbes.com.mx, en entrevista con Luis Carlos Ugalde, ex presidente del Consejo General del IFE.