Por un lado, Diego Rivera revolucionario comunista, por otro lado, Rockefeller, símbolo del capitalismo.
Que Rockefeller ordenara destruir un mural de Diego Rivera no es ninguna causa de asombro. Lo curioso es que él mismo le había encargado ese mural al maestro del muralismo mexicano.
La historia comienza un par de años antes, cuando el recién creado MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York) organiza una muestra de Rivera. El mexicano empieza a ser admirado en los Estados Unidos, y se convierte en uno de los pintores favoritos de Abby Rockefeller y Nelson Rockefeller (esposa e hijo de John D. Rockefeller Jr., quien construye Rockefeller Center).
A Rivera le encargan entonces un mural para el vestíbulo principal del R.C.A. Building, el edificio art déco que es la pieza central del complejo Rockefeller Center. Y su diseño para El hombre en la encrucijada muestra al hombre del siglo XX, representado por un obrero, en la encrucijada del mundo capitalista, con el avance del fascismo, el progreso, la modernidad, y la liberación del proletariado oprimido.
El proyecto es aprobado, pero luego Rivera hace un sutil cambio que intenta hacer pasar desapercibido hasta que se inaugure la obra, pero que será descubierto: agrega la imagen de Lenin aclamado por el pueblo.
Nelson Rockefeller le envía una carta a Rivera, solicitándole que cambie el rostro de Lenin por el de un trabajador anónimo.
Rivera le responde: “Prefiero estar muerto que mutilar mi obra, pero le propongo una salida ecuménica: ¿por qué no ponemos del otro lado a alguna especie de héroe para Estados Unidos y el mundo capitalista, como puede ser Abraham Lincoln?”
No hay acuerdo posible. Se genera un escándalo mediático. Incluso Rivera y Frida organizan una manifestación en pleno Nueva York con pancartas que dicen “Larga vida a Lenin”. Pero en un acto que el artista calificará de “vandalismo cultural”, los Rockefeller hacen destruir el mural.
Diego Rivera, que había hecho fotografiar la obra, al año siguiente la rehará (de medidas un poco menores y con un nuevo nombre) en el Palacio de Bellas Artes, en México. En la nueva versión no faltará Lenin entre los obreros, por supuesto, pero además, en el sector dedicado al capitalismo, podremos ver a Rockefeller entre prostitutas y jugadores de casino.
Fuente: 3minutosdearte.com