El profesor de manga, Marco Antonio Célix “Fanzine Ajolote”, muestra los trabajos de los alumnos del CCMB.
El taller de manga, dibujo y cómic del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario (CCMB), es impartido por el profesor Marco Antonio Célix González, quien comentó acerca de los proyectos que se llevan a cabo para impulsar el talento de los jóvenes mexiquenses.
El manga es una tradición de Japón que data en sus inicios aproximadamente desde los siglos XII y XIII, es una historieta o secuencia gráfica, donde se cuentan historias fuera de lo común, de amor, peleas, que hablan mucho de la psicología de los personajes, con un estilo particular de dibujo en blanco y negro.
“La diferencia entre el manga y el cómic tradicional es que este último lleva color y tiene un sentido de lectura diferente, pero lo que transforma al cómic como tal es el canon de superhéroe”, señaló Célix.
Célix González trabaja desde hace tres años en el CCMB, con una dinámica en la que se aceptan alumnas y alumnos que no tienen conocimientos en la materia. “En la primera clase los pongo a hacer ejercicios de rostros y, a partir de eso, ya veo qué nivel tienen de aprendizaje o si son autodidactas y empezamos literalmente desde cero, con bolitas y palitos, después pasamos a dibujar el rostro, de frente, de tres cuartos y perfil, después continuamos con anatomía, cuerpos, manos, piernas, pies, ropa o elementos de fondo”, explicó.
Comentó que esta evolución y uno de los objetivos es que los alumnos desarrollen su propio estilo y con ello crear una secuencia gráfica, que permitirá desarrollar un cómic.
De hecho a partir de este método de estudio, han surgido proyectos independientes, el más importante “Fanzine Ajolote”, que se ha conformado a lo largo de año y medio, una publicación en la que Marco Antonio es productor y director.
“Los chicos envían su trabajo, las edito y las mando a imprimir, para que de esa manera se haga el compilado de sus cómics y el mío, en este año hemos editado dos de enero y febrero, la temática es libre, lo que a mí me interesa es que ellos desarrollen su secuencia gráfica y lo que han aprendido en el taller, son historias de amor, de anécdotas, de zombies, hay una de corte medieval que es mía”, agregó.
Este proyecto les ha permitido participar en ferias de libro y además vender ejemplares, para seguir desarrollando sus habilidades y que número a número el fanzine siga su camino de consolidación.
Al respecto de la contingencia sanitaria por el COVID-19, apuntó que hay que aprovechar el tiempo, por lo que recomendó una o dos horas, mínimo, de ejercicios básicos. “Podría ser que copiaran fotos de personas que conozcan o de alguien famoso, y a partir de eso vean el dibujo, ver cómo les sale, siempre teniendo la perspectiva de mejorar y ser autocrítico, para mejorar, implica mucha observación, paciencia y dedicación”, precisó.