Más de 151 mil trabajadores eventuales del INEGI siguen en las calles pese a violencia y crisis sanitaria.
A poco más de quince días de que iniciara el operativo 2020 para levantar el censo de población y vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), suman ya distintos casos de violencia en contra de encuestadores del Instituto por todo el país.
Invisibilizados por la prensa y minimizados por las autoridades del INEGI, los asaltos y episodios de violencia como el tiroteo en Oaxaca que hirió a un encuestador, son tan sólo algunas de las expresiones más crudas de la realidad que, durante dos semanas más, enfrentarán este ejército de trabajadores eventuales.
Tan sólo en la Ciudad de México, ya se han identificado alcaldías de gran peligrosidad para encuestadores: Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Tláhuac, Milpa Alta y Xochimilco. Medios como El Universal reportan al menos diez renuncias ante falta de garantías. Las mujeres -que forman más de la mitad de la nómina en este censo- llevan la peor parte, denunciando inclusive agresiones sexuales. Tan sólo en Morelos, durante los primeros diez días del censo, autoridades del INEGI registraron al menos nueve asaltos contra encuestadores.
A la crisis de violencia se suma otra realidad que, sin duda, comparten los más de 151 mil encuestadores, y es que supervisores y jefes a nivel de zona y regionales, con tal de extraer toda la productividad posible de los trabajadores, extienden a discreción los horarios y días laborales. A pesar de que los contratos señalan jornadas de lunes a viernes, es común encontrarse encuestadores fines de semana, durante el pasado paro del 9 de marzo, el 16 -feriado oficial- y ahora, en plena crisis ante la expansión del coronavirus. Los horarios pueden ser desde las 8 de la mañana hasta las 8 o 9 de la noche.
Por si fuera poco, autoridades del INEGI han salido a afirmar, por medio de portavoces, que «no hay casos detectados de Covid-19» entre los encuestadores. ¿Cómo pueden saber esto sin realizar pruebas? Aseguran que el Instituto mantiene estrecha coordinación con la Secretaría de Salud federal y en los estados, sin embargo, hasta el momento no hay ninguna instrucción o medida de prevención disponible para las y los encuestadores, que siguen recorriendo el país sin más protección que los cubrebocas y las botellitas de gel antibacterial que algunos han comenzado a implementar por cuenta propia. Ni la violencia ni la pandemia detienen el operativo.
Vía: Laizquierdadiario.mx