La cineasta Ximena Cuevas reveló el material que usó durante su trabajo con Jorge Fons.
Rojo Amanecer de Jorge Fons es una de las películas más emblemáticas del cine mexicano, a pesar de su bajo presupuesto y estar grabada en una única locación se volvió un clásico que, año con año, se repite en las pantallas de televisión para conmemorar el 2 de octubre de 1968.
A pesar de la distancia temporal con los hechos que retrata, sigue siendo terriblemente actual. Y, gracias a una entrevista de Canal 22 con Ximena Cuevas (continuista de la película), ahora sabemos que su realización fue igualmente dura. Ya el año pasado, en el aniversario 50 de la matanza de Tlatelolco, Jorge Fons reveló que el presupuesto inicial de la cinta se acabó a la primera semana de filmación. También sabíamos que, por consejo del productor (el famoso actor de películas de acción Valentín Trujillo) todo se grabó en secreto. Y, por si fuera poco, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari censuró 4 minutos de la película que mostraban a soldados.
Parte de las penurias de la grabación se pueden ver en las fotos reveladas por Ximena Cuevas, que muestran imágenes nunca antes vistas del proceso de filmación de la cinta. Cuevas mostró su guión de trabajo y varias fotos instantáneas y notas de la producción. De acuerdo con el guión descubierto, Rojo amanecer comenzó a filmarse el 23 de mayo de 1989 (bajo el título de Bengalas en el cielo), cada escena no se rodó más de dos veces y se grabó en una bodega, reconvertida en foro, que estaba en la calle de López Mateos #50, cerca del Estadio Azteca.
Cuevas narró a Canal 22 que la filmación fue “intensa,” que se hizo en orden cronológico, y que sólo hay fotografías de la parte final de la película, por la austeridad del presupuesto. Apenas les alcanzó para comprar dos cartuchos de Polaroid.