Ofrecieron al público obras representativas del repertorio nacional, con la participación de Ruth González y un quinteto de metales.
Niños y jóvenes del Coro de las Escuelas de Enseñanza Musical (ESEM) de Texcoco fueron los encargados de amenizar los festejos patrios en Texcoco, bajo la batuta del maestro Mauricio Miranda, los jóvenes intérpretes le cantaron a México, a sus “volcanes, praderas y flores”.
Acompañado por un quinteto de metales, conformado por docentes de las ESEM, el coro llevó al público a un recorrido musical por nuestro país. El viaje comenzó con El sinaloense, que situó a los presentes en la zona norte de México. Voces e instrumentos de viento guiaron a los texcocanos por los Caminos de Michoacán, que desembocaron en Cerritos San Luis Potosí. Casi sin pausa, la excursión llegó a Veracruz, sin embargo, viró hacia los Caminos de Guanajuato, el destino final: Mi Matamoros querido.
Posteriormente llegó el turno de la Banda Sinfónica de las ESEM, que acompañada de la soprano Ruth González, provocó la ovación del público. Este ensamble, dirigido por el maestro Humberto Méndez, interpretó obras representativas del repertorio nacional como El zopilote mojado, Cielo rojo, Naila, El hidalguense, Canción mixteca y Fandango colonial.
Poco a poco el sentimiento nacionalista se apoderó de los presentes, quienes corearon canciones como Granada y México lindo y querido, sin embargo, Silverio fue la pieza que desató los vítores del público que sin dudarlo pidió una canción más al término del concierto. La banda sinfónica respondió con el popurrí Jalisco.