El crisol, la fábrica de vidrio soplado con más tiempo de funcionamiento en América latina.
Por Sheynna Cornejo.- El vidrio soplado es un arte apreciado tanto por nacionales como por extranjeros, quienes reconocen el trabajo y la labor de estas artesanías.
La fábrica “El Crisol”, ubicada en la calle Juárez 400, Col. San Mateo en Texcoco, ha sido una de las principales exponentes de estas artesanías, data desde 1595, según su primer escritura pública, y hojeando un poco más, en 1851 uno de los copropietarios era el señor Martín Carrera, un ex presidente de la República.
De igual forma en tiempos revolucionarios las instalaciones de El Crisol fueron usadas como cuartel, pero no es hasta 1957 que es reconocida como productora de vidrio soplado. En ese mismo año fue adquirida por el Sr. Roberto Alatriste quien posteriormente heredaría el negocio a su hijo, el actual dueño el Sr. Enrique Alatriste, que originalmente se dedica a la producción de vidrio plano como lo es el vitral, así mismo la herrería.
El Crisol se ha destacado por la fabricación de maravillosos y llamativos vitrales que hoy en día adornan viviendas campiranas así como algunas iglesias de la región. Lo que nos cuenta la señora Margarita es que hoy en día el trabajo de vidrio soplado ya no es tan valorado como antes puesto que «la gente nueva», como ella lo dice, no tiene noción de donde se encuentran ubicados y a causa del consumo de plásticos, el vidrio dejó de ser adquirido y por ende la fábrica poco reconocida, al grado de crear alianzas con otros fundidores puesto que los hornos son muy grandes y ocupan altas cantidades de gas.
Hoy en día sabemos los altos índices de contaminantes que emiten los plásticos, retomemos otras opciones como lo es el vidrio y conozcamos un poco más de lo que nos ofrece Texcoco.