La curiosidad que despertó nuestro satélite natural llevó a crear algunas historias y mitos que fueron transmitidos a través de la narración oral.
Entre todos los astros, uno llamó poderosamente la atención de la mayoría de civilizaciones antiguas, la Luna. A diferencia del Sol, que mantenía una apariencia regular con el paso de los días, el satélite natural de la Tierra cambiaba su cara cada noche: mientras en algunas ocasiones iluminaba la oscuridad nocturna, en otras desaparecía completamente y en algunas pocas se tornaba color rojo o poseía un extraño aro rodeando su oscuridad.
La curiosidad que despertó nuestro satélite natural llevó a crear algunas historias y mitos que fueron transmitidos a través de la narración oral. Algunos aún nos acompañan hasta hoy; sin embargo, es preciso diferenciar en todo momento entre la tradición cultural y la influencia real de la Luna:
– Fertilidad: Distintas culturas antiguas solían creer que la relación entre la Luna y las mujeres iba más allá que su coincidencia temporal con el ciclo menstrual femenino, algunos rituales utilizados en el este de Europa durante el Medievo en la Antigüedad persisten hasta nuestros días; sin embargo, no existe evidencia alguna que demuestre que influya en la fecundación humana.
– Epilepsia: La historia de los licántropos tuvo su origen en las civilizaciones que aseguraban que la Luna Llena era capaz de surtir efectos nocivos en los hombres, como hacerlos agresivos y provocar un comportamiento fuera de sí. No obstante, se ha comprobado que los ataques epilépticos no tienen relación alguna con la Luna Llena ni con ninguna otra fase de nuestro satélite natural.
– Las mareas: Dos cuerpos se atraen en la medida de su masa y la distancia entre ambos: se trata de un principio básico para comprender qué es la fuerza de gravedad y cómo los objetos masivos interactúan entre sí. En el caso de la Luna, una de las nociones más populares sobre su poderosa influencia en las mareas de los océanos del mundo es completamente cierta: la fuerza gravitacional de nuestro satélite regula las mareas en la Tierra.
– El insomnio: ¿Alguna vez has escuchado que la causa por la que no pudiste dormir anoche se debía a las fases de la Luna? Este tema ha intrigado a distintos científicos en las últimas décadas y numerosas investigaciones han tratado de dilucidar si existe una relación entre el insomnio y la Luna Llena. Un estudio de 2013 arrojó una correlación positiva entre ambos factores alertando a la comunidad científica; sin embargo, se analizó la metodología y el sesgo por el pequeño número de personas que habían participado en él (33). Otras investigaciones más recientes negaron que el satélite natural de la Tierra tuviera implicaciones en el descanso humano.
– Los nacimientos: Otra creencia popular afirma que la Luna Llena está íntimamente relacionada con los nacimientos, a tal grado que es capaz de provocar labores de parto en las mujeres que están a pocas semanas o días de llegar a la fecha calculada de nacimiento. Tres estudios realizados durante casi una década en Nueva York analizaron detenidamente el aumento en la tasa de natalidad durante las noches de Luna Llena y fueron incapaces de demostrar relación alguna entre ambos fenómenos.
Fuente: Culturacolectiva.com