Un breve recorrido con el fin de explorar los rincones contemplativos más poéticos de la capital.
El crecimiento implacable de la CDMX sumado al frenesí de la vida cotidiana, dificulta la exploración de los numerosos escenarios que existen dentro de la pletórica urbe, y es que solemos visitar lugares en los que encontramos una especie de confort y dejamos a un lado muchos espacios que merecen ser descubiertos, quizá en ellos encontremos el hogar de un nuevo mundo de sensaciones y conclusiones. Por fortuna, la ciudad ofrece rincones que han pasado desapercibidos a la atención popular, conservando a toda costa sus características singulares. Te presentamos una lista de los espacios que consideramos valiosos para experimentar ángulos desconocidos de nuestra ciudad.
1. Jardín Sonoro de la Fonoteca Nacional.
La Fonoteca Nacional se encuentra en Avenida Francisco Sosa 383, dentro de sus instalaciones alberga el jardín de la Casa Alvarado que cuenta con árboles ornamentales de más de medio siglo: encinos, cipreses y naranjos acompañados por vegetación característica de Coyoacán. El diseño del jardín fue proyectado por el paisajista holandés Kees van Rooij, quien se enfocó en optimizar el espacio en función de las necesidades y actividades de la Fonoteca Nacional. El jardín está equipado con un sistema multicanal de audio de alta calidad para música de concierto, piezas de arte sonoro, composiciones experimentales y obras poéticas.
2. La Torre de los Vientos.
Una figura de concreto erguida en el Pedregal a la vista de todos es en realidad un laboratorio de arte contemporáneo. Ésta escultura fue elaborada por Gonzalo Fonseca para representar a su país natal, Uruguay. Se creó como parte de la Ruta de la Amistad, circuito de esculturas hechas en 1968 bajo la dirección de Mathias Goeritz, dentro del marco de los Juegos Olímpicos de México. Se ubica en Periférico Sur esquina con Zacatépetl.
3. Audiorama del Parque Hundido.
Un espacio diseñado especialmente para conciertos, conocido por su original relieve dentro del Parque Hundido, originalmente “Parque Luis G. Urbina” ubicado en los perímetros de la Colonia Extremadura Insurgentes, en la zona de Mixcoac. Rodeado de una exuberante vegetación, apropiada para escuchar música clásica y poesía, es sede del Colectivo Audiorama en donde presentan conciertos de rock y jazz los fines de semana.
4. Plaza Romita.
Dentro del Barrio de la Roma, a una cuadra del Eje Cuauhtémoc, por la avenida Real de Romita, pasando la calle de Puebla, y a tres cuadras de la avenida Chapultepec, se localiza esta pequeña plaza adoquinada, acompañada de árboles frondosos y una serena y céntrica fuente circular. Al entrar surge un sentimiento de fascinación por la atmósfera de armonía y serenidad que se percibe, un momento de teletransportación mental. El nombre de Romita se debe a que uno de los caminos más cercanos al pueblo, el de Chapultepec, se parecía por su gran arbolado a otro similar en la ciudad de Roma, Italia, y por asociación le pusieron así.
5. Invernadero de la Biblioteca Vasconcelos.
Un espacio verde de perfil ornamental se encuentra dentro del perímetro de la Biblioteca Vasconcelos. En este jardín crece una cantidad impresionante de flora endémica mexicana permitiendo a los usuarios disfrutar de un maravilloso espacio de lectura iluminados con luz natural mientras interactúan con la belleza natural del país.
6. La Azotea Verde más grande de Latinoamérica.
En un espacio de cinco mil metros cuadrados, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) integró en su edificio central un experimento ecológico sin parangón: la azotea verde más grande de América Latina, un espacio abierto a sus trabajadores para realizar algunas de sus actividades diarias e incluso tomar una clase de yoga. Este edificio resguarda algunas plantas en peligro de extinción, además cuenta con un huerto en el que se producen alimentos orgánicos.
7. Parque La Pagoda.
Un espacio mejor conocido como “La Pagoda”, el Parque Masayoshi Ôhira, ubicado en la Colonia Country Club, esquina de Tlalpan y Churubusco. Su diseño arquitectónico es japonés e incluye puentes y un pequeño estanque artificial. Es un hermoso y poético lugar inesperado en la ciudad, sorprendentemente cerca del bullicio de una de las avenidas más transitadas, tiene un dejo de contemplación oriental, todo aquél que haya leído a Tanizaki sabrá como apreciarlo.
8. Parque Ecológico de los Dinamos.
Es un área natural protegida en Emilio Carranza, La Carbonera, de la Delegación La Magdalena Contreras. El nombre de este espacio proviene de que, originalmente, operaban varias plantas hidroeléctricas a lo largo de la caída de agua, que se conocían como ‘dinamos’ y que producían energía eléctrica para las fábricas textiles que allí se asentaban. El parque está formado por La Cañada y los cuatro Dinamos y se ubica en el Área Natural Protegida de los Bosques de la Cañada de Contreras. Tiene 2.429 hectáreas y es un espacio ideal para amantes del ecoturismo y del deporte extremo. su principal atracción el río Magdalena, único afluente vivo dentro de la ciudad.
9. Domingos en La Ciudadela.
Todos los domingos en la esquina de Florencia y Reforma, exactamente a un lado de la Columna de Independencia (El Ángel), hay una cita muy importante para bailar, que se extiende desde las 9 a.m., de manera ininterrumpida, hasta la 1 p.m. en la plaza de la Ciudadela, nombrada por el gobierno del Distrito Federal como “La Plaza del Danzón”. Todo visitante debe tener una amplia disposición para bailar y también para aprender a hacerlo. La gente que la visita es más de la tercera edad: parejas, algunos son divorciados, otros viudos, pero no es exclusivo para la apreciación estética del elegante espectáculo.
10. Audiorama en Chapultepec.
Este espacio enclavado en el Cerro del Chapulín está dedicado a la contemplación y a que los visitantes escuchen música de diversos tipos, primordialmente clásica, mientras son rodeados por flores y árboles. Se encuentra cerca del Castillo de Chapultepec ubicado a espaldas de la Tribuna Monumental, el rincón albergaba durante la época prehispánica una espectacular caverna que conducía hacia el Mictlan, el reino de los muertos. Es un refugio ideal para los amantes de la lectura.
11. Mirador del Monumento a la Revolución.
El Monumento a la Revolución es una obra arquitectónica y un mausoleo dedicado a la conmemoración de la Revolución mexicana. Es obra de Carlos Obregón Santacilia, quien tomó la estructura del Salón de los Pasos Perdidos del malogrado Palacio Legislativo de Émile Bénard para edificar el monumento, concluido en 1938. Este monumento no sólo es uno de los más grandes e importantes de la ciudad, también tiene en su interior un mirador, sobre el cual, por tan sólo $20 pesos podrás tener una de las mejores vistas de la ciudad.
Fuente: Mxcity.mx