La predicación del evangelio y la conquista de los indígenas al cristianismo fueron puestos como justificación de la sangrienta ocupación.
Después de la conquista, Cortés solicitó al rey que enviara religiosos a México para que convirtieran a los indígenas al cristianismo, en respuesta a esta solicitud, en 1523 llegaron tres franciscanos procedentes de Flandes, cuyos nombres castellanizados eran fray Juan de Aora, fray Juan de Tecto y fray Pedro de Gante, hermano lego, no sacerdote.
A su llegada a Texcoco, se hospedaron en el palacio que había sido de Nezahualpilli, y que por entonces ocupaba Ixtlixóchitl, hermano del aliado de Cortés, esta residencia se encontraba enfrente del tianguis y del antiguo teocali dedicado a Tezcatlipoca.
Iniciaron de inmediato su cometido empezando a aprender náhuatl y tratando de conocer la forma de vivir de los indígenas. Ese mismo año, 1523, fray Pedro fundó la primer escuela de cultura europea en el Continente Americano, la dedicó a la enseñanza de los muchachos como él mismo decía en sus cartas. Todavía se conserva en el lado norte del atrio de la actual Catedral de Texcoco, conocida como la capilla de la enseñanza o capilla de Gante.
Tiempo después, Texcoco ciudad prehispánica de gran tradición cultural fue reconocida por la corona para ser elevada a la categoría de ciudad, como segunda cabecera de lo que fuera la famosa Triple Alianza; recibió el título de ciudad de la Nueva España por mandato del rey de España y Alemania, Carlos V, de acuerdo con la cédula emitida el 9 de septiembre de 1551 en la ciudad de Valladolid, España. Siendo así Texcoco la segunda ciudad más importante del Continente Americano. ¹
Como detalle peculiar, se encuentra esculpido, sobre el frontis, un abecedario en el antiguo castellano, su principal característica es que las letras no están acomodadas en orden alfabético, ya que fue esculpido por los indígenas del lugar, que habían sido evangelizados.
En esta escuela, se enseñaba letras (leer y escribir), música, canto y algún oficio. Después se estableció talleres de artes donde los muchachos más avanzados trabajaban como canteros, herreros, carpinteros, zapateros, sastres, talladores, tejedores etc. Los muchachos de Fray Pedro de Gante se las ingeniaron para aprender a hacer un objeto solo con verlo, llegaron a tener tal destreza que no se distinguía si una creación había sido hecha por un artesano español o uno indio.
