CR Comunicación

Gorditas de la Villa, un antojito muy texcocano

Por más de 25 años la familia López ha deleitado a los texcocanos con las clásicas gorditas de la villa.  

Cuando uno camina por las calles del centro de Texcoco es inevitable probar las deliciosas gorditas de la villa, las cuales han estado presentes por más de 25 años en el atrio de la Parroquia de San Antonio de Padua.

Foto: Colors Remain©

Este pequeño negocio ha estado a cargo de una familia que tras generaciones continúan elaborando estos antojitos; Isabel López, quien ahora está al frente, nos cuenta que todo inició con su abuelita Guadalupe, después continuó su mamá, la señora Leticia López, ahora ellas siguen con esta tradición en el Estado de Puebla. 

Isabel prepara las gorditas con maíz cacahuazintle (una variedad de maíz originaria de México, de mazorca grande y grano más blanco, redondo y tierno que el maíz común), le agrega un poco de azúcar y mantequilla, para después cocerlas en un pequeño comal sobre carbón, todo esto a la vista de los transeúntes; una vez listas, las envuelve en papel china con llamativos colores para su venta.

Foto: Colors Remain©
Foto: Colors Remain©

Al día producen entre 40 y 50 paquetitos, cada uno contiene 10 gorditas, por lo que Isabel no para su actividad durante toda la jornada, además elabora bolitas de masa horneadas, pero éstas las realiza en su hogar.

Nos comparte que el nombre de las gorditas de la villa se debe por la Basílica de Guadalupe en la Cd. de México (conocida localmente como “La Villa”) porque se venden mucho en los mercados aledaños a ese templo.

Estas gorditas son un antojito típico de México y sobre todo de los santuarios católicos, muchos las consideran como un manjar, además su textura es tan delicada al momento de darle una primera mordida que se desmoronan en la boca es un pequeña delicia de los Dioses aztecas.

Foto: Colors Remain©
Foto: Colors Remain©

Isabel López también nos comentó sobre su situación con la pandemia, explica que en los primeros meses de la contingencia estuvieron resguardados pero una vez que el presupuesto ya no alcanzó tuvieron que reabrir el negocio, ya que el atrio de la parroquia nunca se cerró.

Sumado a esto pusieron a la venta cubrebocas, regalos y dulces para poder subsistir ante la pandemia, estas clásicas gorditas de la villa las podemos encontrar todos los días de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche en el atrio de la Parroquia de San Antonio de Padua, en el centro de Texcoco.