No es casualidad que algunas plantas o minerales lleven impresos signos que nos permiten conocer sus virtudes terapéuticas.
Esta forma de ver el mundo natural data de tiempos antiguos y está presente hoy dentro de la medicina alternativa y holística. Fueron los antiguos herbalistas, que observaban de cerca la naturaleza, quienes creían que su apariencia daba pistas sobre sus poderes.
Si bien decodificar los signos que nos dan las apariencias de frutas y verduras puede parecer mágico o absurdo, hay razones para creer que hay mucho de cierto en esta teoría. Estas son algunas de las frutas y verduras que se relacionan íntimamente a los órganos del cuerpo a los que se asemejan.
Zanahoria: Ojos.
Si comparamos una rodaja de zanahoria con el ojo, podemos ver muchas similitudes entre ellas. Su centro se asemeja a la pupila, y el dibujo que tiene a los «rayos» como los que podemos ver en el iris. «Las zanahorias están llenas de vitaminas y antioxidantes, como el beta-caroteno, que disminuyen el riesgo de degeneración macular, la principal causa de pérdida de visión en las personas mayores», dice Sasson Moulavi, médico de la clínica Life Weight Management en Florida.
Nueces: Cerebro.
Los pliegues y arrugas de la nuez son parecidos a la textura del cerebro. Incluso la forma de la nuez es similar con una clara «división» que se asimila a los hemisferios. No es sorpresa que las nueces son conocidas como «alimento para el cerebro» ya que tienen un alto contenido de ácidos grasos omega-3, que ayudan al buen funcionamiento de este órgano.
Toronja: Pechos.
La toronja, la naranja y otras frutas cítricas se parecen a las glándulas mamarias femeninas y ayudan al movimiento de la linfa dentro y fuera de los pechos. Según el Dr. Moulavi, «La toronja contiene sustancias llamadas limonoides, que se ha demostrado que sirven para inhibir el desarrollo de cáncer en animales y en células de mama humanos.» Otro beneficio, de los limones y limas en concreto son hacer el sistema digestivo más alcalino, lo cual puede reducir la hinchazón de los pechos durante el período pre-menstrual.
Apio: Huesos.
Los tallos de apio se asemejan a los huesos del radio y el cúbito, y son buenos para los huesos también. El apio contiene silicio, que es parte de lo que da a los huesos su fuerza. Dato curioso y asombroso: los huesos son 23% sodio y el apio también es un 23% de sodio.
Almejas: Testículos.
Estudios prueban que las almejas, visualmente similares a los testículos, son realmente buenas para los órganos sexuales masculinos. «Una investigación llevada a cabo en Holanda ha sugerido que complementar la dieta con ácido fólico y zinc, los cuales se encuentran en las almejas, puede tener un efecto significativo en la mejora de la calidad del semen en los hombres», dice el Dr. Moulavi.
Aguacate: Ovarios.
Elizabeth Somer, dietista registrada y autora de «Eat your way to happiness» dice que el aguacate contiene mucho ácido fólico, sustancia que favorece el embarazo. El ácido fólico, además, contribuye a disminuir la posibilidad de desarrollar displasia cervical, una enfermedad de fase precancerosa. Otro dato curioso es que el aguacate tarda 9 meses desde que florece hasta que madura, el mismo tiempo que el bebé permanece en el útero materno.
Jitomate: Corazón.
Sus rojas cavidades se asemejan a la estructura del corazón y además están llenas de licopeno. Este potente antioxidante da a la fruta su color rojo y reduce significativamente la probabilidad de generar enfermedades cardiovasculares. Investigadores de Harvard descubrieron que las mujeres con los niveles de licopeno en sangre más alto tenían un riesgo 33% menor de enfermedad cardíaca que las mujeres con bajo licopeno.
Jengibre: Estómago.
El jengibre se parece al estómago y ayuda a su digestión. El jengibre se ha utilizado durante siglos como un remedio natural para la salud estomacal. El gingerol, ingrediente que da el jengibre su fuerte aroma y sabor, tiene la capacidad de prevenir las náuseas y los vómitos.
Frijoles: Riñón.
Por su forma, los frijoles son casi como riñones. Los nutricionistas dicen que estas legumbres quitan la carga de nuestros riñones, asistiéndolo en sus funciones. Son pura fibra que ayuda al tránsito intestinal y a prevenir el estreñimiento, ya que tienen un gran poder depurativo sobre este órgano. En la medicina tradicional china son muy utilizados para mejorar y reforzar el funcionamiento renal.
Vía: Labioguia.com