CR Comunicación

LAS PLANTAS TAMBIÉN SIENTEN CUANDO LAS COMEMOS

Investigadores de la Universidad de Mossouri encontraron que estas sienten y sufren el peligro reaccionado con químicos de defensa.

Uno de los grandes argumentos de los propulsores del vegetarianismo es la erradicación de la crueldad. Si bien es cierto que en esta época de producción masiva la mayoría de los animales de engorda viven hacinados y bajo condiciones deplorables, la premisa de comer plantas para evitar el sufrimiento podría ser también puesta bajo la lupa del escrutinio.

Recientemente Heidi Appel y Rex Cocroft, investigadores de la Universidad de Missouri, han demostrado que las plantas son capaces de sentir cuando están siendo ingeridas o lastimadas de cualquier manera. Incluso pueden reaccionar ante su inminente fin al activar ciertas defensas. 

Los resultados fueron obtenidos luego de un experimento en el que los investigadores instalaron en los berros (el alimento predilecto de las orugas) unos láser y pequeños espejos que imitaban las vibraciones que hacen estas cuando están acercándose o sobre ellos; el resultado es que esta planta sentía el peligro y reaccionaba incrementando sus aceites de moztaza: un químico que repela a muchas especies de insectos herbívoros. 

Lo anterior resulta en que aparentemente existe un eslabón del círculo de la vida en el que probablemente el sufrimiento sea casi ineludible. Lo cierto es que las plantas carecen de un sistema nervioso central como los animales, por lo que no se sugiere que estas experimenten un sufrimiento similar al de estos últimos. 

El tema del consumo de animales y su relación con el cambio climático sería otro en cuestión (en relación a los argumentos pro vegetarianos); hay que recordar que una dieta vegetariana tampoco es una garantía inquebrantable de cultivos sustentables pero sí suele tener una huella de carbono mucho menor en comparación a la producción de carne.