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El mágico mundo de los mandalas

Sus formas trasmiten todo un mundo de calma y atractivo, ahí donde queda impresa esa mezcla de misticismo y encanto. 

Son círculos sagrados muy comunes dentro de las culturas hinduístas y budistas, formas que se han vuelto tan cotidianas. La palabra mandala proviene del sánscrito y representa una unión, la totalidad, y en consecuencia, aquello que es perfecto y que es capaz de sanar. Dentro de muchas culturas, la vida, nuestro círculo vital, se inscribe precisamente en la forma de un mandala, ahí donde los colores también disponen de su importancia y significación.

A su vez, esta forma circular nos remite a ese mito tan habitual del eterno retorno, de inicios y reinicios en un movimiento eterno que nunca finaliza, algo muy similar a lo que representa el uróboros. Pero veamos ahora qué nos dice la tradición original sobre la finalidad que tiene un mandala: Crean armonía en el hogar al traernos energía positiva, atrae la prosperidad y son protectores de la salud al dispersar las energías negativas de nuestro entorno.

Obviamente no son más que ideas sustentadas en viejas tradiciones de origen místico, figuras con una larga tradición que desde hace unos años, hemos llevado a nuestra cotidianidad por simple curiosidad. Como pasatiempo donde relajarnos coloreando cada una de sus fascinantes formas.

Los mandalas y los colores.

En efecto, los colores impresos en los mandalas también disponen de un significado especial que tal vez no conocías. Repetimos una vez más, que estas representaciones tienen mucho de espiritual, mucho de esas corrientes energéticas que nos hablan de los chakras y todo su misticismo. No podemos obviamente atribuirles ningún valor curativo, nos quedaremos sólo en el aspecto curioso que es lo que buscamos en nuestro espacio.

  • Rojo. Representa al primer Chakra, es el color más intenso y vital y nos habla de la pasión, el amor y también de la ira o resistencia.
  • Naranja, es el segundo Chakra. Representa la confianza en uno mismo, la ambición y el optimismo.
  • Amarillo, tercer Chakra. Nos trasmite la fuerza del sol, la liberación y la sabiduría. Sirve para canalizar la inteligencia.
  • Verde, cuarto Chakra. Desprende los valores de la esperanza, la curación y un equilibrio entre la tranquilidad y lo sentimental.
  • Azul, es el quinto Chakra. Ofrece calma y la paz, también el vacío y la tolerancia.
  • Indigo, es el sexto Chakra. Nos permite comunicarnos con el yo interno para que los problemas puedan fluir al exterior y aportarnos tranquilidad y sabiduría.
  • Violeta, es el séptimo Chakra. Un color que trasmite magia, imaginación y espiritualidad.
  • Rosa. Es el color del encanto, del amor universal y también de la amistad.